La OPEP+ anticipa debate sobre aumento de producción y empuja al Brent a mínimos de cuatro años

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La OPEP+ ha decidido adelantar al sábado su reunión clave sobre el futuro del suministro de petróleo, en un movimiento que ya ha tenido un efecto inmediato en los mercados: el precio del Brent se desplomó a 61 dólares, su nivel más bajo desde 2021, acumulando una caída semanal del 8,7%. La decisión de Arabia Saudí de impulsar una mayor producción en junio se percibe como una jugada estratégica que podría hundir aún más los precios del crudo.

El descenso acumulado del Brent en lo que va de año ya supera el 18%, empujado por una combinación de exceso de oferta y debilitamiento de la demanda global. A esto se suma el impacto de la nueva guerra comercial impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump, que está enfriando las expectativas de crecimiento económico y, con ello, reduciendo el apetito energético a escala mundial.

Producción al alza, precios a la baja

En abril, la OPEP+ ya sorprendió con un aumento inesperado de la producción de 411.000 barriles diarios, el triple de lo inicialmente previsto para ese mes. Este sábado se espera que el cártel repita o incluso supere esa cifra para junio, lo que refuerza la presión bajista sobre los precios.

Arabia Saudí, que lidera el grupo junto con Rusia, ha cambiado su estrategia tradicional de defender precios altos y ahora parece cómoda con un barril por debajo de los 70 dólares. Esta postura busca consolidar su influencia dentro de la OPEP+ penalizando a miembros como Irak, Kazajistán y los Emiratos Árabes Unidos, que han incumplido reiteradamente las cuotas de producción pactadas.

Más allá del mercado, el movimiento saudí se enmarca en un nuevo tablero geopolítico. La Administración Trump ha dejado claro su interés en mantener un precio bajo del petróleo, tanto por su impacto en el consumo como por su utilidad como herramienta de presión diplomática. Aunque los productores de shale oil estadounidense se ven penalizados por precios bajos, la prioridad ahora parece ser recortar costes energéticos y contener la inflación.

El acercamiento entre EE.UU. y Rusia y la voluntad de Arabia Saudí de actuar como mediador en el conflicto de Ucrania refuerzan este nuevo equilibrio, mientras que la posible reactivación del acuerdo nuclear con Irán podría devolver a Teherán al mercado petrolero internacional, añadiendo más oferta a un mercado ya saturado.

Según analistas de Citi, el precio del Brent podría estabilizarse en los 60 dólares en el corto plazo, nivel que consideran aceptable tanto para los países de la OPEP+ como para los intereses estratégicos de EE.UU. Sin embargo, alertan de que, si persiste el desequilibrio entre producción y demanda, los precios podrían descender aún más, agravando los problemas de rentabilidad para muchos productores.

La anticipación de la reunión de la OPEP+ y la probable decisión de seguir aumentando la producción marcan un giro relevante en la política energética global. La combinación de exceso de oferta, presión geopolítica y debilidad económica podría mantener al petróleo en niveles históricamente bajos durante los próximos meses, con implicaciones significativas para países exportadores, mercados financieros y políticas monetarias en todo el mundo.

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