Coches detenidos en la carretera, líneas de producción paralizadas, personas agolpándose en supermercados… España no ha sido el único país afectado por un gran apagón en los últimos años. Algunos países del Viejo Continente se han visto afectados por una situación similar con idénticas consecuencias, si bien el factor desencadenante ha sido distinto en función del caso.
El mayor precedente se localiza en Italia hace más de 20 años. Fue en la madrugada del 28 de septiembre de 2003 cuando se inició un apagón que terminaría afectando aproximadamente a 57 millones de personas y no se solucionó -en el mejor de los casos- hasta pasadas más de 3 horas. Algunas zonas como el sur y ciudades como Sicilia tuvieron que esperar incluso hasta 15 horas para que se restableciese el servicio.
¿Cuál fue el detonante?
El detonante fue la caída en fuera de servicio de una línea de alta tensión en Suiza, en el puerto Lukmanier, a causa de una tormenta que provocó una caída de árboles y un consiguiente cortocircuito en las líneas de alta tensión que conectaban Italia con Suiza y Francia. La concatenación de estos errores desencadenó un efecto dominó que dejó a Italia completamente a oscuras en cuestión de minutos, a excepción de la isla de Cerdeña. El motivo: su red eléctrica es autónoma y no depende directamente de las interconexiones continentales.
El apagón paralizó servicios esenciales y tuvo una larga lista de consecuencias: más de 110 trenes quedaron detenidos con unos 30.000 pasajeros a bordo. Mientras, en el metro de Milán y Roma, la gente tuvo que abandonar los vagones y caminar por los túneles.
En términos de impacto económico, un estudio publicado en la revista SICS (Software-Intensive Cyber-Physical Systems) estimó que las pérdidas para la economía del país ascendieron a aproximadamente 1.150 millones de euros. Esta cifra equivale a casi el 0,1 % del PIB anual italiano.
El caso de Francia
De menor tamaño y más reciente fue el incidente registrado en Francia, donde se produjo un apagón a primera hora del sábado 24 de julio del año 2021. El balance de daños fue de más de un millón de ciudadanos afectados en todo el país vecino y 90.000 hogares, sobre todo en la región de los Pirineos Orientales, en la zona de Perpiñán y la Cerdaña.
No obstante, Francia no fue el único país afectado, pues varias zonas de España (Andalucía, Madrid, Castilla y León, Cataluña y Navarra, entre otras) y Portugal sufrieron un apagón eléctrico. El problema afectó a más de un millón de abonados en el mercado nacional, según cifras de Endesa, y muchos de los cortes se produjeron en Cataluña, donde se reportaron problemas en el aeropuerto de El Prat.
¿El motivo de este apagón? Un incidente de un hidroavión que había acudido a sofocar un incendio debajo de las líneas de interconexión eléctrica. La empresa pública Red Eléctrica explicó entonces que «el aislamiento del sistema peninsular del sistema europeo central dio lugar a la caída de la frecuencia en el sistema peninsular por la pérdida de la energía que en ese momento se estaba importando».
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