Durante la pandemia, muchos países en Europa decidieron implementar un impuesto especial para las grandes empresas que lograron beneficios excepcionales, conocidos como «beneficios caídos del cielo». La idea era compensar el impacto económico de la crisis con la ayuda de estos gigantes, especialmente del sector energético, que sacaron ventaja durante ese tiempo. España no se quedó atrás y en 2023 lanzó un impuesto temporal para las grandes fortunas. Ahora, la tendencia sigue fuerte en Europa: Francia está preparando un tributo similar, mientras que Italia también busca cobrar a las empresas que han obtenido ganancias extraordinarias en los últimos años.
El gobierno italiano, liderado por el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, está decidido a aumentar los impuestos a estas compañías para reducir el déficit del país. Según Giorgetti, están buscando la mejor manera de implementar estos gravámenes para que afecten a varios sectores de la economía. Este anuncio generó bastante nerviosismo en la bolsa italiana, que sufrió una caída de más del 1.50%. Empresas como Stellantis, Sapem y FinecoBank, que perdieron más del 3%, fueron las más afectadas, en un día ya marcado por la tensión en Oriente Medio.
No es la primera vez que Italia intenta algo así
Esta no es la primera vez que Italia intenta algo así. Hace un año, Giorgetti propuso un impuesto extraordinario a la banca, lo que causó un verdadero caos en los mercados, pero el gobierno sigue buscando cómo cuadrar sus cuentas. Giorgetti está tratando de vender esta medida a la ciudadanía, asegurando que tanto las personas como las empresas, grandes y pequeñas, tendrán que hacer sacrificios para mejorar la economía del país.
El ministro también justificó esta política haciendo referencia al artículo 53 de la Constitución, que indica que todos deben contribuir a las arcas públicas según su capacidad económica. Aseguró que el gobierno también recortará gastos, pero quienes más tienen, deberán aportar más. Además, hay rumores de que Italia planea aumentar los impuestos indirectos sobre el combustible, para igualar el precio de la gasolina con el del diésel.
Giorgetti dejó claro que su enfoque está en las compañías que se han beneficiado de las altas tasas de interés, especialmente los bancos, insinuando que deben hacer una contribución mayor al país. Con esto, Italia se suma a una tendencia creciente en Europa Occidental de subir los impuestos a los más ricos. De hecho, Emmanuel Macron, presidente de Francia, también apoya estos impuestos «temporales», aunque cree que deben ser limitados.
Este debate se da mientras Francia está preparando los presupuestos del próximo año. El ministro encargado, Laurent Saint-Martin, afirmó que la nueva tasa afectaría a quienes ganan más de 500.000 euros anuales, es decir, solo al 0,3% de los contribuyentes franceses. Esta medida llega después de una serie de recortes fiscales entre 2018 y 2023, que, según un informe de la Cour des comptes de Francia, han costado al país 62.000 millones de euros en ingresos fiscales.
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