La economía de EE.UU. se encuentra en una encrucijada a pocos días de las elecciones presidenciales, donde Donald Trump y Kamala Harris se disputan la Casa Blanca. La incertidumbre sobre quién ganará se extiende al mercado financiero, especialmente en Wall Street y en el mercado de deuda, donde el equilibrio entre la rentabilidad de la renta variable y la fija está en juego. Para los inversores, las políticas fiscales y comerciales de cada candidato podrían alterar significativamente el panorama económico.
¿Por qué la Bolsa está bajo presión?
En los últimos meses, los bonos del Tesoro estadounidense han superado en rendimiento al índice S&P 500, algo inusual dado el mayor riesgo asociado a la renta variable. Históricamente, los beneficios de la bolsa han superado a los de los bonos para compensar ese riesgo, pero la reciente subida de las tasas de los bonos a niveles no vistos desde 2002 ha cambiado el escenario. En este contexto, los inversores buscan respuestas en dos puntos de anclaje: el auge de la inteligencia artificial y las promesas de recortes de impuestos que podría traer consigo una victoria de Trump.
Conor Sen, fundador de Peachtree Creek Investments, explica: «Para preferir la bolsa sobre los bonos, los inversores deben suponer que los años 2025 y 2026 serán más inflacionistas y con más crecimiento que períodos recientes«. Sin embargo, esto depende en gran medida de quién sea el próximo presidente, ya que cada candidato tiene enfoques económicos opuestos.
Políticas de Trump y Harris: Efectos en Wall Street y el mercado de deuda
Una victoria de Trump podría traer recortes de impuestos, desregulación financiera y una segunda ronda de políticas proteccionistas, que beneficiarían a sectores como el energético, el tecnológico y el financiero. Además, Trump ha señalado que podría reemplazar al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, abriendo la puerta a un cambio en la política monetaria hacia una mayor flexibilidad, lo cual podría aumentar la volatilidad en el mercado de bonos y presionar al dólar.
Por otro lado, Kamala Harris propone “Kamalanomics,” una política centrada en la expansión del consumo y los sectores de salud y energía renovable. Harris también parece dispuesta a mantener la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, lo que podría beneficiar a empresas de energías limpias y vehículos eléctricos. Deutsche Bank ha apuntado que el plan de Harris implicaría un gasto fiscal menos expansivo y un enfoque en políticas que favorezcan el acceso a la salud y el bienestar social, sectores que también verían impulsos de inversión bajo una administración demócrata.
El impacto de las elecciones de EE.UU. en el mercado de bonos y el dólar
Las promesas de Trump de una “Guerra Comercial 2.0” con China podrían tener importantes repercusiones. Un nuevo conflicto arancelario afectaría los costos de las grandes empresas de tecnología y logística y elevaría la inflación, presionando al alza los tipos de interés. Esto, a su vez, incrementaría la rentabilidad de los bonos, que ya se sitúa en torno al 4.2%, una cifra que no se veía desde hace dos décadas.
El dólar, como activo refugio, también podría verse afectado por el futuro político. Si las políticas de Trump impulsan la inflación, el dólar podría fortalecerse inicialmente, pero la incertidumbre de una guerra comercial y cambios en la Fed podrían afectar su estabilidad. “La agenda republicana es más inflacionista,” comenta Cristóbal Dembik, de Pictet AM, al señalar que esta presión inflacionaria podría forzar a la Fed a una política más restrictiva.
Wall Street y la renta variable: ¿Hacia una corrección?
Muchos analistas prevén un incremento en la volatilidad de la bolsa conforme se acercan las elecciones. Jonathan Krinsky, de BTIG, sostiene que el mercado podría experimentar una corrección del 5% tras los comicios, como un reflejo de “vende las noticias”. Los sectores más beneficiados por una victoria republicana, como las telecomunicaciones, el petróleo y el gas, se espera que crezcan más de un 10% en valor. Sin embargo, en un escenario donde Harris gane, serían las energías renovables y el consumo discrecional los sectores que recibirían un impulso adicional, debido a las políticas de gasto social y la continuidad de la inversión en transición energética.
La economía estadounidense está dividida entre la promesa de crecimiento impulsado por recortes fiscales y desregulación bajo Trump y una expansión del consumo y las energías renovables con Harris. Sea cual sea el resultado, el panorama actual entre la bolsa y los bonos refleja una situación insostenible y una necesidad de adaptación. Con una brecha creciente entre la rentabilidad de ambos, la expectativa de los inversores se centra en el próximo presidente y en cómo este abordará las tensiones inflacionarias, la deuda y la posición de Estados Unidos en el mercado global.
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