Adif ha decidido darle la vuelta a su propio reglamento de cánones ferroviarios apenas unos meses después de haberlo publicado en el BOE. El nuevo texto llegará en 2025 y nace, básicamente, por presión: la CNMC lo tumbó y los tres grandes operadores (Renfe, Ouigo e Iryo) pusieron el grito en el cielo.
¿El motivo? La fórmula para calcular las tarifas no seguía del todo las normas europeas. Según Bruselas, solo se pueden repercutir los costes directamente ligados a la operación del tren. Ni más ni menos. Y eso no se estaba cumpliendo.
En el nuevo borrador, que todavía tiene que recibir el visto bueno de Competencia y el Consejo de Estado, Adif se pone en modo conciliador. Adopta la metodología que pedía la CNMC y promete hacer los tests de mercado que Ouigo venía reclamando para saber si los recargos por circular por líneas saturadas son justos o no. Lo que cambia aquí es que esos recargos ya no serán “en plan genérico” para ciertas líneas, sino que se fijarán por cada corredor y tipo de tren.
¿Y esto en qué se traduce? En que los precios suben, y bastante en algunos casos.
Alta velocidad: +4% en la Madrid-Barcelona.
Mercancías por la línea Barcelona-Figueras (ancho estándar): ojo, +50%.
Red convencional: +23% para la mayoría de servicios.
Aunque ojo: bajada del 24,5% para las mercancías que usen las futuras autopistas ferroviarias en ancho ibérico.
Renfe también se queja. La operadora pública no está nada contenta con la subida de precios en trayectos de ancho variable (los que solo opera ella). Adif quería considerar de “velocidad alta” los trenes que superen los 200 km/h en parte del trayecto, lo que aumentaría aún más los cánones.
Y por si fuera poco, el nuevo reglamento elimina los descuentos especiales para trenes de más de 700 km que no paren en Madrid. Esto podría poner en peligro la viabilidad de esas rutas largas, que eran una especie de unicornio dentro del sistema.
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