Si pasas por el número 36 del Paseo de la Castellana esperando disfrutar de una auténtica pasta carbonara, te vas a llevar una sorpresa: Totó Madrid ha cerrado para siempre. Google ya lo marca como “cerrado permanentemente” y en la web del grupo ha desaparecido toda mención al local madrileño. Eso sí, los Totó de Dubái y Abu Dabi siguen en pie.
El cierre ha pillado a todos con el pie cambiado. Nadie se lo esperaba, y ni desde Mabel Hospitality (la división gastronómica del grupo Mabel Capital) han dado explicaciones sobre la repentina bajada de persiana. Intentamos contactar con ellos, pero, de momento, silencio absoluto.
Un restaurante con socios de altura
Totó no era un restaurante cualquiera. Formaba parte del imperio gastronómico de Mabel Capital, compañía fundada por Rafael Nadal, Manuel Campos Guallar y Abel Matutes Prats, y que cuenta con nombres de peso en el accionariado: Cristiano Ronaldo, Pau Gasol o Rudy Fernández, entre otros.
Su propuesta iba más allá de la comida: una experiencia de cine inspirada en la Italia de los años 50 y 60, con un ambiente sofisticado, cocina tradicional con toques modernos y una carta de vinos italianos de primer nivel. Su plato estrella, la Vera Carbonara de Totó, era un éxito rotundo, con unos 250 pedidos semanales. Todo esto, con un ticket medio de 50-60 euros por persona.
Mabel Hospitality: un gigante en la hostelería
Mabel Hospitality no solo estaba detrás de Totó, sino también de Tatel, otro de sus proyectos estrella con restaurantes en ciudades como Madrid, Ibiza, Beverly Hills, Doha, Valencia y Ciudad de México. Su objetivo: llevar la gastronomía española de lujo a cada rincón del planeta.
Totó nació con la misma ambición, pero la sede madrileña no ha corrido la misma suerte. Las únicas ubicaciones que siguen operativas son Dubái y Abu Dabi, dejando a Madrid fuera del mapa.
Más cierres en la alta gastronomía
Y ojo, porque lo de Totó no es un caso aislado. 2025 ha empezado con una ola de cierres en el sector. Uno de los más sonados ha sido Robuchon Madrid, el restaurante del chef con más estrellas Michelin de la historia, Joël Robuchon. Dos años y medio después de su apertura, se despide sin haber logrado encajar en la capital.
Otro golpe ha sido el adiós del Club Allard, que cambia de nombre y concepto tras la salida abrupta de Martín Berasategui. En su lugar, el Grupo Terracotta se lanza a la aventura con Terracotta Plaza de España, en el histórico edificio de Casa Gallardo, un local con fama de estar “maldito” gastronómicamente hablando.
Y cuidado, porque según ha podido saber este medio, hay más cierres en el horizonte. Madrid está viviendo un auténtico terremoto en su escena gastronómica de alto nivel.
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