Burberry ha registrado una facturación de 500 millones de euros en el primer trimestre de su ejercicio fiscal, lo que supone una caída del 5,5% interanual. La compañía británica, que cerró el trimestre el pasado 28 de junio, ha atribuido este descenso a un contexto «desafiante» en el sector del lujo, marcado por la incertidumbre macroeconómica global.
A pesar del retroceso, la firma ha anunciado una reestructuración de su comité ejecutivo, eliminando el puesto de director comercial y nombrando presidentes regionales con responsabilidad directa sobre las operaciones y la estrategia. Con efecto inmediato, Claudia Kim (Asia Pacífico), Frank van Loon (EMEIA), Josie Zhang (Gran China) y Laura Dubin-Wander (Américas) se integran al comité, reportando al CEO Joshua Schulman.
En cuanto a sus ventas comparables, la compañía ha detallado que Asia Pacífico experimentó una caída del 4%, mientras que América creció un 4% y la región EMEIA (Europa, Oriente Próximo, India y África) avanzó un 1%.
Schulman ha asegurado que, aunque la empresa se encuentra en las primeras fases de su transformación, se siente alentado por los progresos iniciales. Ha destacado la buena acogida de la colección ‘Otoño 2025’, que ya está llegando a tiendas y ha sido bien recibida por el público de lujo.
En paralelo, Burberry continúa implementando su programa de eficiencia de costes, con el que espera lograr un ahorro anual de 80 millones de libras (92,4 millones de euros) de cara al ejercicio 2026. La empresa insiste en que su prioridad sigue siendo la inversión en marca y producto, con el objetivo de revitalizar el deseo de marca y recuperar un crecimiento sostenible y rentable.
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