Ambas ciudades referentes de la Semana Santa de Andalucía estarán presentes en la Procesión Magna del Jubileo Mundial de las Cofradías. Dos veneradas imágenes religiosas, el Santísimo Cristo de la Expiración ‘El Cachorro’ de Sevilla y María Santísima de la Esperanza de Málaga, se preparan para un viaje trascendental hacia la Ciudad Eterna. Ambas participarán en la procesión magna que se llevará a cabo en Roma el 17 de mayo de 2025, como parte de las festividades del Jubileo Mundial de las Cofradías.
Triana vivió una larga noche hasta tomarse la decisión
La Hermandad del Cachorro celebró una consulta histórica la noche del pasado lunes, en la que los hermanos tomaron una decisión significativa. De los 382 participantes, 307 votaron a favor, 63 en contra y 12 optaron por la abstención. Este contundente apoyo autoriza a la imagen a participar en la procesión magna, siguiendo la invitación extendida por el arzobispo Rino Fisichella en nombre del Papa Francisco, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.
La Basílica Mayor de San Pedro del Vaticano será el lugar donde la imagen del Cristo de la Expiración recibirá veneración en los días previos al evento, marcando un momento de especial significado espiritual.
La decisión de participar en este evento no fue sin controversia. Un grupo de hermanos, con la convicción de que la decisión debía someterse a votación, forzó la consulta. Entre los aspectos discutidos estuvo el medio de transporte para el traslado de la imagen desde Sevilla hasta Roma, decidiéndose finalmente que este se realizará por carretera, respetando así los rituales tradicionales asociados con este tipo de eventos religiosos.
En Málaga todo fue sinónimo de fiesta
Por otro lado, el cabildo de hermanos de la Archicofradía de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza de Málaga, por aclamación, aceptó la invitación del Papa para que la imagen de la Virgen de la Esperanza se una a la procesión magna. Al igual que el Cachorro de Sevilla, la Esperanza de Málaga también recibirá culto en San Pedro del Vaticano en los días previos al evento, desde el 14 hasta el 16 de mayo.
La imagen de María Santísima de la Esperanza es una obra del Siglo XVII transformada por el artista hispalense Luis Álvarez Duarte, reflejo de dulzura y proximidad con el pueblo. Cada Semana Santa procesiona en un espectacular trono dorado.
La propuesta y los detalles de este trascendental acontecimiento fueron presentados por Paloma Saborido, coordinadora del comité técnico, ante los cofrades, quienes recibieron la noticia con alegría y entusiasmo. El cabildo concluyó entre aplausos, marcando así un momento de comunión y júbilo entre los fieles.
El Cachorro, una obra cumbre del Barroco en Sevilla
El Santísimo Cristo de la Expiración es de los últimos de los grandes Crucificados del barroco español. Representa el instante de su muerte, Cristo crucificado está vivo mirando a lo alto, desnudo y con el paño de pureza que sostiene una cuerda y descubre toda su silueta. Se trata de una de las figuras más perfectas de la imaginería andaluza, por dibujo, modelado, talla, policromía, verismo anatómico y magnífica expresión del rigor mortis.
Su ejecución se contrató notarialmente el 1 de abril de 1682 y el imaginero debía percibir por ella 900 reales, pero consta en otro documento que percibió 1.100 reales.
La talla está hecha en cedro real de Flandes y mide 1.89 m. Toda la imagen, que hincha el tórax y tensa los músculos en busca del último aliento, es movimiento y ritmo ascensional, pero «donde Gijón potencia el efecto barroco es en el paño de pureza… que resulta en extremo virtuoso”. Pormenoriza los pliegues, en aleteantes fragmentos, de fina lámina. Su imaginero fue Francisco Antonio Ruiz Gijón.
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