El negocio de la diosa Minerva

El arte es un bien tangible que, sin embargo, es capaz de encerrar todo lo intangible inherente al ser humano: talento, sensaciones y sentimientos. Con sus contracciones, subidas y bajadas, perspectivas y realidades, navegar por este mundo es desafiar las dificultades a tiempo real y mirar el tiempo en perspectiva

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El arte (representado por los romanos en la diosa Minerva) es un negocio que, en 2023, movió más de 65.000 millones de dólares, confrontando las motivaciones de coleccionistas apasionados, ambiciosas casas de subastas, mecenazgos altruistas e intereses de gobiernos, empresas e instituciones culturales. 

Este negocio tiene vida propia. Tomándole el pulso, observamos que, tras dos años de crecimiento y recuperación, las ventas han caído un 4% en 2023 hasta alcanzar los 65.000 millones de dólares, según se constata en el Informe sobre el Mercado del Arte de Art Basel y USB 2024. Y aunque aumentó el volumen de transacciones respecto al año anterior, en 2023 se vendieron menos obras de alta gama, ya que coleccionistas e inversores no quisieron desprenderse de sus mejores piezas, como se constató en el descenso de más del 7% de las ventas en subasta. 

Si las ventas de arte fueran una competición deportiva, el primer puesto del pódium sería para EE.UU., con un 42%. La segunda posición sería para China continental y Hong Kong, que con una cuota del 19% consiguió dejar atrás los efectos de la pandemia para rebasar a un Reino Unido que, resoplando tras el Brexit, queda postergado al tercer puesto. El diploma de honor sería para Francia, estable en su cuarta posición, con un 7% del pastel, lo que supone una contracción en ventas tras dos años memorables.  

Y es que el mercado del arte sigue siendo muy susceptible a presiones externas. Detrás de la desaceleración mundial del sector que ha tenido lugar en 2023 se esconden factores como la inestabilidad política provocada por las guerras, unas tasas de interés más altas y un aumento generalizado de la inflación. A pesar de ello, los valores se han mantenido por encima del nivel de 2019 y las ventas privadas en casas de subastas han aumentado un 2%, al contrario de lo que ha ocurrido con las ventas a través de distribuidores.  

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Mercados mundiales 

EE.UU. se mantiene imbatible, coronado como principal centro mundial de ventas de obras de arte, especialmente las de mayor precio. A la cabeza se sitúa Nueva York, donde se han vendido ocho de los diez lotes más importantes a nivel internacional, y cinco de los seis que tenían un valor superior a los 50 millones de dólares.  

China, por su parte, se ha recuperado de su tendencia a la baja provocada por el Covid, aumentando sus ventas un 9% hasta alcanzar una nada desdeñable cifra de 12.200 millones de dólares. El país tuvo que superar la dura travesía de los estrictos confinamientos relacionados con la pandemia, que se mantuvieron hasta 2022. Después llegó un espectacular primer semestre de 2023, donde el mercado del arte volvió a florecer gracias a los inventarios de subastas pospuestos, que fueron vendidos a compradores deseosos de dejar atrás las restricciones.  

En ese primer semestre de 2023 volvieron a ponerse en marcha las grandes ferias y exposiciones de Hong-Kong y el mercado del arte de China comenzó a fluir por el deseo de recuperar la normalidad, lo que hizo que en el segundo semestre del año se ralentizaran las transacciones.  

A este escenario en Asia hay que sumarle Corea del Sur, donde se concentraban todas las miradas debido a su predisposición hacia la cultura contemporánea. Pero el país no ha podido superar su porcentaje en las ventas mundiales, que incluso ha disminuido por debajo del 1%.  

Frente a este escenario dominado por EE.UU. y el conteniente asiático, se sitúa la vieja Europa. Las ventas en Reino Unido cayeron un 8% hasta los 10.900 millones de dólares. Este retroceso al tercer puesto mundial ha sido motivado por los efectos del Brexit y una disminución de los lotes de gama alta a los que son tan aficionados los británicos. A pesar de ello, Reino Unido sigue siendo un centro clave de arte a nivel mundial, especialmente para las ventas de las obras de mayor precio. Un mercado al que no puede aspirar Francia, cuyas ventas cayeron un 7% en 2023 hasta los 4.600 millones de dólares.  

En el resto de Europa, siguiendo la línea global, las ventas disminuyeron un 2% hasta 9.000 millones de dólares. España sigue sosteniendo un 1% de las ventas globales, una cifra que los expertos consideran acorde a la tradición de compraventa de arte y la falta de apoyos que caracterizan a nuestro país.  

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Para gustos, obras de arte 

¿Obras físicas o mercado digital? ¿Acudir a ferias y exposiciones, o realizar las transacciones a distancia? ¿Clásicos o impresionistas? En el lenguaje del arte no hay nada escrito, porque más allá del negocio y el valor objetivo, lo que esconde una obra son sensaciones y tendencias.  

Las ventas en línea han crecido un 7% a pesar de la caída generalizada del mercado, alcanzando casi 12.000 millones de euros. Si bien están por debajo del récord de 13.300 millones de dólares alcanzados en 2021, representan el 18% de la facturación total del mercado.  

En este sentido, destaca el hecho de que las obras más caras se vendieran predominantemente fuera de línea. De hecho, más del 95% de las transacciones en subastas exclusivamente en línea fueron por precios inferiores a 50.000 dólares, y más del 85% fueron obras venidas por menos de 250.000 dólares.  

 ¿Y qué fue del boom de los NFT’s? En 2023 se confirma que este mercado sigue desinflándose. Las ventas relacionadas con plataformas de NFT’s han disminuido, alcanzando los 1.200 millones de dólares en 2023, lo que supone un 51% menos que en el año anterior, si bien es de reseñar que este mercado ha multiplicado sus cifras más de 60 veces respecto a 2020.  

En cuanto a las subastas se refiere, después de algunas ventas récord en 2022, las subastas públicas cayeron un 7% en 2023, alcanzando los 25.000 millones de euros. Y aunque las ventas públicas y privadas aún están por encima de los niveles prepandemia, las ventas totales realizadas por las empresas de subastas se redujeron un 5% el año pasado.  

¿Qué se está vendiendo actualmente? Las ventas de arte de posguerra y el contemporáneo han disminuido un 16%, apenas superando los 6.500 millones de dólares. Como curiosidad, se da la circunstancia de que casi 36.000 obras vendidas en subasta se han creado en los últimos 20 años.  

Por otro lado, también han caído las ventas de arte moderno un 6%. Y el arte impresionista y posimpresionista, que había tenido una de las recuperaciones más notables, con un aumento de un 160% en los dos últimos años, también ha sufrido una desaceleración en 2023, disminuyendo un 35% hasta los 1.700 millones de euros.  

Las mayores subidas el año pasado se produjeron gracias a China, en el segmento de Viejos Maestros, cuyas ventas se incrementaron un 15% hasta alcanzar más de mil millones de dólares.

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El mercado del arte en España 

El mercado español es la séptima potencia mundial, tras EE.UU., Reino Unido, China, Francia, Alemania y Suiza, y actualmente compite de tú a tú con Japón y Corea. 

Actualmente, España representa el 1% del mercado del arte global. Una cifra que puede parecer baja, pero no en perspectiva, teniendo en cuenta que solo tres países se reparten el 80% del pastel.  

El crecimiento de la cuota de mercado resulta una tarea complicada para España. A su favor tiene la estabilidad de sus galerías, cuya solidez les ha permitido superar sin grandes problemas la pandemia. Este panorama hace que cada vez más galerías internacionales apuesten por asentarse en España y que ciudades como Madrid estén recibiendo capital latinoamericano procedente tanto de coleccionistas como de galerías interesadas en introducirse en el mercado español.  

Por el contrario, el hecho de que el mercado del arte en España esté menos desarrollado que el de otros países se debe a que el español no está acostumbrado a invertir en arte, principalmente porque nadie ha enseñado a los ciudadanos a interpretarlo y valorarlo por el escaso peso que tiene en la formación. En consecuencia, el país tiene un menor número de coleccionistas y una visión del arte como un lujo reservado a clases privilegiadas y no como inversión. 

Otras razones de la falta de crecimiento del arte en España son la falta de apoyo por parte de la Administración y la concentración del mercado en Madrid y Barcelona, con una clara competencia entre galerías de arte que no ayuda a la buena marcha del mercado. Según los expertos, sería necesaria, además, una fiscalidad más orientada a la promoción del arte y los artistas, y a la mejora de las transacciones, así como una normativa que impulsara el mecenazgo. 

Aún así, 2023 no fue un mal año. El mercado español ha estado repartido entre Maestros Antiguos, Autores Contemporáneos y Diseño, con el Retrato de fray Heliodoro Barea, de Rubens, en primera posición, adjudicado en Setdart por dos millones de euros, lo que le sitúa como la obra más cara subastada en el mercado español. Una cifra que está muy alejada de la considerada la obra más cara del año a nivel mundial, Femme à la montre, de Picasso, con 130 millones de euros. 

De nuevo en el mercado español, un retrato de Anton Van Dyck, por casi 700.000 euros, ocupó la segunda posición del ranking, en un año en la que el Estado también apostó por Sorolla y su museo, en el centenario de su muerte.  

Además, ARCO Madrid continúa con una buena trayectoria, aunque con la ausencia de obras récord. En la última edición se constató la venta de los géneros más tradicionales, como la pintura, y de valor medio. En ese sentido, en 2023 se ha pasado a cuestionar la viabilidad de las ferias por sus costes económicos y medioambientales, si bien los agentes reconocen que estas citas siguen siendo la mejor forma de conocer nuevos clientes.  

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Perfil de los compradores de arte 

El perfil de los compradores de arte en España es de lo más variado. Sin duda, un papel clave lo tienen los coleccionistas más entusiastas, que conectan con las diferentes disciplinas y realizan inversiones tanto emocionales como financieras. Suelen tener un amplio conocimiento del mercado, o están bien asesorados, y en su objetivo se encuentran obras de arte exclusivas, que pasan a sus colecciones privadas, así como obras de autores emergentes y con potencial, a modo de inversión de futuro. 

Por otro lado, las instituciones culturales en países como España también tienen un gran peso. Museos, fundaciones y galerías adquieren obras de arte con fines educativos o para preservar el patrimonio cultural, así como ayudan al impulso de nuevos talentos. Y, en este sentido, también hay que tener en cuenta a las empresas que mejoran su imagen invirtiendo en arte.  

En general, en las decisiones de compra influyen tanto el valor estético de la obra y su capacidad para provocar emociones entre los compradores, como la inversión financiera que representan a largo plazo. Y como cada año, las tendencias artísticas más actuales o los estilos más populares también pueden afectar a las transacciones, mientras que en otras ocasiones la decisión de compra se debe a la conveniencia de apoyar el arte local. 

Tendencias de futuro 

Qué pasará en este 2024, y cómo terminará el año en cuanto a ventas de arte se refiere, es aún una incógnita. Uno de cada tres concesionarios espera una mejora, un sentimiento que comparten las casas de subastas, ya que un 38% se muestra optimista. Solo un 4% de las empresas de subastas contempla una caída en sus previsiones anuales. 

París, Nueva York y Los Ángeles compiten entre sí y los expertos también se preguntan hasta qué punto los millennials van a desempeñar un papel decisivo en el mercado de arte global, especialmente teniendo en cuenta que en Sotheby’s se registró en 2022 un récord de postores menores de 40 años y que en Christie’s el 34% de los compradores eran millennials. Entre sus preferencias están, más allá de la pintura, la fotografía, el diseño y el arte contemporáneo.  

Por otro lado, cada vez hay más coleccionistas con una gran cartera en zonas como China, Indonesia o India. Se trata de nuevos millonarios dispuestos a invertir. Y también más artistas jóvenes y emergentes que se encuentran trabajando en el arte intangible, como vídeos y NFT’s. Además, hay que tener en cuenta que aunque países como Corea del Sur aún no han terminado de despegar, lo cierto es que cuentan con un coleccionismo al alza y el apoyo de la Administración, así como una logística que hace más sencillo invertir en arte.  

Todo ello implica un panorama alentador, ensombrecido por la recesión y la inflación que erosionan el poder adquisitivo del comprador, y una inestabilidad económica y geopolítica debido a los conflictos que no deja fluir al mercado del arte como se preveía cuando en 2022 se registraron picos históricos en ventas y la apertura de nuevas ferias. Lo que nos depara el destino es una incógnita, en un mercado que sigue demostrando su resiliencia, y que tiene en el valor y la calidad la piedra angular de su negocio. 

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