El Ministerio de Hacienda abre la puerta a una armonización del Impuesto sobre Sucesiones que podría exigir Bruselas

Genbeta

El Ministerio de Hacienda, encabezado por María Jesús Montero, ha dado un giro en su postura respecto a la armonización del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. A pesar de que Montero había negado en múltiples ocasiones la posibilidad de armonizar este impuesto, la necesidad de cumplir con las exigencias de Bruselas para el quinto pago del Plan de Recuperación parece haber influido en su cambio de postura.

Un cambio en la política fiscal

Desde hace un año, han circulado rumores sobre la preparación de un impuesto sobre grandes herencias, similar al de grandes fortunas. Aunque Montero lo negaba y sostenía que no había una gran recaudación que recuperar, lo cierto es que este impuesto genera alrededor de 3.200 millones de euros. La mayoría de las comunidades autónomas han bonificado este impuesto cerca del 100%, lo que lo ha convertido en una figura fiscal impopular.

El pasado 28 de enero, Carlos Martín Urriza, de Sumar, pidió a Montero la implementación de un «impuesto de grandes herencias» y un «impuesto inteligente a la cadena de distribución». Montero rechazó la propuesta, indicando que no estaba en el pacto de gobierno con Yolanda Díaz. No obstante, el acuerdo entre el PSOE y Sumar sí contempla la armonización del Impuesto sobre Sucesiones, evaluando el Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas como un paso hacia una nueva tributación de la riqueza.

Declaraciones recientes de Montero

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde se presentó el proyecto de ley para la creación de un tipo mínimo del 15%, Montero expresó la intención del Gobierno de seguir trabajando en la armonización fiscal. «Es obvio que la intención del Gobierno de España, al igual que al nivel internacional, es seguir trabajando en la armonización, sobre todo, de aquellas figuras que pueden ser un elemento a tener en cuenta en la inversión», afirmó Montero.

Montero también descartó la armonización del IRPF, pero insistió en la necesidad de armonizar los impuestos de Patrimonio y Sucesiones. Argumentó que la cesión de estos impuestos a las comunidades autónomas ha llevado a un «vaciamiento fiscal», especialmente en la Comunidad de Madrid, que ha provocado una espiral de competencia fiscal desleal con otras regiones.

La complejidad de la reforma

La reforma de la armonización del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones parece ahora más compleja de tramitar, debido a la parálisis legislativa y la dificultad de aprobar una subida fiscal. Aunque Sumar, ERC, Podemos y Bildu apoyan esta medida, es probable que encuentre oposición en partidos como Junts y el PNV.

El papel de la Comisión Europea

La proximidad del quinto pago del Plan de Recuperación, que requiere cumplir con los hitos prometidos, ha añadido presión sobre el Gobierno. La Comisión Europea ha sido flexible hasta ahora, pero ha subrayado la importancia de una reforma fiscal que mejore la eficiencia y adaptación del sistema tributario español.

En un reciente artículo, María Canal, consejera económica de la Comisión Europea en España, destacó la necesidad de una estrategia fiscal de consolidación creíble a medio plazo. Esta estrategia incluye la revisión de los beneficios fiscales y una reforma del sistema tributario.

La lucha política con el PP

La armonización fiscal también tiene un componente político, enfrentando al Gobierno del PSOE con las comunidades autónomas gobernadas por el PP. Recientemente, el Senado aprobó una proposición de ley para derogar la Ley del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, lo que ha sido vetado por el Gobierno.

El Tribunal Constitucional ha admitido a trámite el conflicto entre el Gobierno y el Senado sobre esta cuestión, subrayando la importancia de este impuesto, que recauda cerca de 3.200 millones de euros.

La armonización del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones se ha convertido en un tema crucial en la agenda del Ministerio de Hacienda. A pesar de las dificultades políticas y legislativas, el compromiso con Bruselas y la necesidad de cumplir con el Plan de Recuperación podrían impulsar esta reforma fiscal. La próxima designación de un nuevo gobernador del Banco de España también jugará un papel clave en la dirección futura de la política económica y fiscal del país.

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