IAG tiene claro cómo jugar sus cartas para hacerse con TAP, y no es la primera vez que lo hace. El holding dueño de Iberia y British Airways quiere repetir la misma fórmula que utilizó en 2015 cuando se hizo con Aer Lingus, la aerolínea irlandesa. En aquel entonces, para ganarse el visto bueno del Gobierno irlandés y la Comisión Europea, prometió que Dublín seguiría siendo un ‘hub’ clave para las rutas transatlánticas, evitando que todo el tráfico se concentrara en Londres-Heathrow. Además, mantuvo las franjas horarias de Aer Lingus en Heathrow y garantizó conexiones con Dublín, Cork y Shannon durante siete años.
Ahora, con TAP, el planteamiento es similar: asegurar que el aeropuerto de Lisboa no pierda protagonismo y reforzarlo como punto clave para las conexiones entre Europa y América. Esto significa que IAG tendrá que equilibrar su estrategia con Barajas, el ‘hub’ de Iberia, que sigue ganando peso en el tráfico internacional. Pero Lisboa también quiere su trozo del pastel, sobre todo ahora que Portugal está planificando la ampliación de su aeropuerto para no quedarse atrás en la lucha por ser la puerta de entrada a América.
¿Cuánto de TAP se venderá?
La gran pregunta ahora es qué porcentaje de TAP se privatizará. Hasta hace unos días, el Gobierno de centroderecha de Portugal (PSD) apostaba por vender el 100% de la aerolínea. Pero sin acuerdo con los socialistas, que prefieren que el Estado conserve parte del capital, se empezó a barajar un escenario más probable: la venta del 49%. Además, el comprador tendrá que comprometerse a hacer inversiones para impulsar el crecimiento de TAP y reservar un 5% del capital para los trabajadores.
Air France y Lufthansa entran en escena con IAG
IAG no está sola en esta pelea. Air France cuenta con un gran aliado: el mismísimo presidente francés, Emmanuel Macron. Hace unas semanas, en una reunión con el primer ministro portugués, Luis Montenegro, Macron dejó claro que quiere una especie de «matrimonio» entre TAP y Air France. Mientras tanto, Lufthansa, aunque no se ha pronunciado oficialmente, ya ha estado moviendo ficha en Europa con la compra del 41% de ITA Airways y una participación del 10% en Air Baltic.
La competencia está servida, y en las próximas semanas se definirá quién se queda con una aerolínea clave para las conexiones entre Europa y América
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