La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos ha dado luz verde a la adquisición de Kellanova por parte del gigante alimentario Mars, tras cerrar de manera anticipada su revisión del acuerdo valorado en cerca de 36.000 millones de dólares (30.965 millones de euros). El regulador estadounidense concluyó que la operación no infringe la legislación antimonopolio del país, eliminando así obstáculos para que Mars avance en su estrategia de expansión global.
«Tras una investigación exhaustiva que incluyó entrevistas, análisis de datos y revisión de cientos de miles de documentos, determinamos que la fusión no viola nuestras leyes», explicó Daniel Guarnera, director de la Oficina de Competencia de la FTC. Guarnera también subrayó que la decisión responde al enfoque «América Primero», centrado en proteger la competencia dentro del territorio estadounidense.
La operación, anunciada en agosto de 2024, supone la absorción de Kellanova —escisión de Kellogg y propietaria de marcas como Pringles— por parte de Mars, conocida por sus marcas icónicas como M&M’s y Whiskas. A pesar de las diferencias en las líneas de productos entre ambos mercados, la compra no plantea riesgos para la competencia en EE.UU., según las autoridades del país.
Europa activa las alarmas
Mientras tanto, en el otro lado del Atlántico, la Comisión Europea ha anunciado la apertura de una investigación en profundidad sobre el mismo acuerdo. El organismo comunitario teme que la adquisición refuerce el poder de negociación de Mars frente a los minoristas del Espacio Económico Europeo (EEE), lo que podría derivar en un aumento de precios para los consumidores.
La investigación preliminar sugiere que, con la integración de las marcas de Kellanova, Mars podría consolidar una posición dominante que le permita imponer condiciones menos favorables en las negociaciones comerciales.
«La Comisión tiene serias dudas sobre el impacto que esta operación podría tener en la competencia en varios Estados miembros», indicó el comunicado oficial del Ejecutivo comunitario. La investigación se desarrollará durante un plazo de 90 días hábiles, hasta el 31 de octubre de 2025.
Panorama dividido
La disparidad entre las posiciones de Washington y Bruselas refleja diferencias estructurales en la aplicación de las leyes antimonopolio y las prioridades regulatorias. Mientras EE.UU. se centra en los efectos internos y adopta una postura menos intervencionista, Europa opta por un enfoque más cauteloso ante los riesgos de concentración de mercado.
A medida que Mars avanza en la integración de su nueva filial, la resolución europea será clave para definir los límites de su expansión en el competitivo mercado alimentario internacional.
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