El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, pidió “confianza y certidumbre” a los empresarios estadounidenses, en una visita que el funcionario realiza esta semana a Washington.
Cuerpo participó en un encuentro en la Cámara de Comercio de EEUU con representantes de compañías líderes en sectores como el financiero, farmacéutico y tecnológico.
Reportes oficiales explican que el ministro subrayó los avances de España como «motor de crecimiento de Europa y destino inversor», y aseguró que este reconocimiento internacional «supone un reconocimiento de la política económica adoptada y los beneficios tangibles para empresas».
Los empresarios presentes en la reunión, muchas de ellas con operaciones ya consolidadas en España, agradecieron la “apertura del Gobierno y el mensaje de certidumbre”, lo cual, según Economía, es clave para “facilitar la inversión en la cuarta mayor economía del continente”.
Asimismo, las compañías destacaron las “buenas perspectivas de crecimiento de la economía española” y valoraron de forma positiva “la estabilidad de su marco legal y regulatorio”.
La agenda del ministro incluye también reuniones de alto nivel con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, y el secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent.
Estos encuentros cobran especial relevancia en un contexto condicionado por la nueva política arancelaria impulsada por la Administración Trump y las recientes advertencias de Washington respecto al acercamiento de España a China.
Los empresarios españoles en EEUU
Las empresas españolas con presencia en Estados Unidos atraviesan un momento de incertidumbre y expectativas contradictorias. Por un lado, la administración Trump ha impulsado políticas que favorecen la producción interna, como la bajada de impuestos y la desregulación. Por otro, la creciente incertidumbre económica y las amenazas de aranceles podrían impactar negativamente en las ganancias de estas compañías, que se encuentran en una encrucijada que podría definir su futuro en el país.
En las últimas décadas, muchas empresas españolas han logrado asentarse de manera exitosa en el mercado estadounidense. Ferrovial, uno de los ejemplos más emblemáticos, ha crecido considerablemente desde sus humildes comienzos en el país. Rafael del Pino, presidente de la compañía, recuerda cómo una anécdota de hace años, cuando él y el consejero delegado de Ferrovial quedaron atrapados en un aeropuerto remoto de EE.UU. debido a una tormenta, reflejaba los inicios humildes de su aventura americana. Hoy, Ferrovial cotiza en el Nasdaq y está construyendo la Terminal 1 del aeropuerto JFK de Nueva York.
No solo Ferrovial ha logrado conquistar el mercado estadounidense. Grandes grupos como ACS, Santander, Grifols, Fluidra, Iberdrola, Repsol y Cosentino, entre otros, han establecido una sólida presencia, contribuyendo al crecimiento económico tanto en el país como en España. En particular, Grifols genera dos tercios de su negocio en EE.UU., y Fluidra tiene un 40% de su volumen de negocio en el país.
A pesar de este éxito, los vientos de incertidumbre soplan con fuerza sobre las empresas españolas establecidas en EE.UU. La política proteccionista del presidente Trump, centrada en reducir la dependencia de los productos extranjeros y fomentar la producción interna, presenta tanto oportunidades como desafíos.
La incertidumbre de los aranceles y el impacto del dólar
Uno de los aspectos más temidos por los empresarios españoles es el aumento de los aranceles. Aunque algunas compañías podrían beneficiarse de la política de Trump, como las de la industria manufacturera, que tienen una gran capacidad de producción interna, muchas otras, como el sector energético o las empresas de bienes de consumo, podrían enfrentar una mayor competencia y mayores costos operativos debido a los aranceles.
Por ejemplo, en la industria de los componentes automotrices, empresas como Gestamp, Cie y Antolin han incrementado su presencia en EE.UU., pero se enfrentan a las dificultades derivadas de los altos aranceles que podrían encarecer la producción. En el caso de los alimentos, compañías como Deoleo, que obtiene el 50% de su beneficio bruto en EE.UU., también se verán afectadas por los posibles incrementos de los aranceles sobre sus productos.
El impacto del dólar también juega un papel crucial. La reciente caída en su valor ha generado que muchas empresas españolas se replanteen su estrategia de financiación, dado que los tipos de interés más altos en EE.UU. podrían aumentar los costos financieros al momento de repatriar los beneficios. Este contexto de tipo de cambio desfavorable es un factor que las empresas deben tener en cuenta para salvaguardar su rentabilidad.
El futuro incierto: ¿Beneficios o pérdidas?
Las grandes empresas industriales españolas, como Acerinox y Repsol, también están inmersas en este mar de incertidumbre. Acerinox, que tiene una gran planta de acero inoxidable en Kentucky, se beneficia de la política de producción local en EE.UU., mientras que Repsol, con su presencia en la industria energética, enfrenta un panorama más complejo. Si bien la administración Trump ha apoyado la industria del carbón y ha dejado de lado las renovables, las inversiones de Repsol en exploración y producción de hidrocarburos podrían verse afectadas por los cambios en las políticas energéticas del país.
Por su parte, Iberdrola y Acciona, dos gigantes de las energías renovables, han encontrado oportunidades en EE.UU. a pesar de las políticas que favorecen al carbón. Iberdrola ha invertido grandes sumas en proyectos de infraestructura, como las redes eléctricas, lo que le ha permitido asegurar una base sólida para el crecimiento en los próximos años, a pesar de la incertidumbre que rodea los proyectos de energía eólica marina.
Oportunidades para empresarios en mercados no explorados
Aunque el mercado estadounidense sigue siendo crucial para los empresarios españoles, muchas de ellas están comenzando a mirar hacia otros horizontes. En particular, el auge de los mercados en Europa del Este, India y otros países asiáticos ha comenzado a desviar la atención de las empresas, que buscan diversificar su exposición geográfica. España ha visto un crecimiento significativo en las exportaciones hacia países como Polonia, Irlanda y Rumanía, con incrementos de más del 50% en las exportaciones de productos españoles en los últimos años.
Las empresas españolas en EE.UU. se encuentran en una situación de gran incertidumbre, pero también en una posición estratégica para aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado. La disminución de los aranceles, la desregulación y la potencial bajada de impuestos podrían beneficiar a muchas de ellas, pero también deben estar preparadas para los desafíos derivados de la caída del dólar y las fluctuaciones políticas.
En este escenario, los empresarios españoles deben mantener una visión a largo plazo, diversificando sus mercados y adaptándose rápidamente a los cambios en el entorno económico y político. Aquellas que logren sortear estos desafíos estarán bien posicionadas para consolidar su presencia global y seguir siendo protagonistas en el escenario internacional.
© Reproducción reservada