Los ERTEs: ¿Un salvavidas en declive o un parche que ya no pega?

Yolanda Díaz, ministra de trabajoYolanda Díaz

La reforma laboral prometía revolucionar los ERTEs (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) y frenar los despidos en masa. Pero, según las últimas cifras, parece que este plan no está funcionando del todo. Mientras los ERTEs caen en picado (un 25,6% menos en 2023 y un 61% menos desde 2022), los despidos van a más: han subido un 11,9% en el último año y un brutal 68% en los últimos dos. Todo esto, en un contexto donde el PIB crece y la ocupación está por las nubes. 

Los datos del Ministerio de Trabajo (de enero a octubre de 2023) no reflejan aún el impacto de eventos como la DANA en Valencia o la activación del Mecanismo RED para el sector del automóvil, diseñado para gestionar las transformaciones industriales y garantizar inversiones en plantas clave como la de Ford. 

Lo que prometía ser un éxito 

Los ERTEs arrancaron bien tras la pandemia. En 2022, los despidos cayeron un 50% y los ERTEs un 54%. Era lógico: la economía estaba recuperándose tras el caos de los confinamientos. Pero 2023 nos ha dado un golpe de realidad. Aunque los afectados por ERTEs siguieron bajando, los despidos subieron un 50%, y en 2024 la cosa no pinta mejor: los despidos crecieron otro 11,9% mientras los ERTEs se desplomaron un 25,6%. 

Si miramos las cifras de despidos acumulados, el panorama es preocupante: los datos de 2024 son los peores desde 2013, cuando la crisis financiera tocó fondo. Incluso superan los de 2019, un año que marcó un repunte de despidos y una desaceleración económica. 

¿Qué está fallando en los ERTEs? 

Durante la pandemia, los ERTEs fueron un “todo incluido” para las empresas: flexibles, rápidos y con ventajas tanto para empleadores como para trabajadores. No consumían paro, y eso los hacía más atractivos. Pero a partir de 2021 volvieron a las condiciones de 2019, con más burocracia y menos incentivos. 

El Gobierno introdujo nuevas fórmulas, como los ERTEs por fuerza mayor (ejemplo: la DANA o la erupción volcánica en La Palma) y el Mecanismo RED, diseñado para sectores en transformación como el automóvil. Pero estas alternativas no han terminado de despegar. 

Por ejemplo, el Mecanismo RED para agencias de viaje en 2022 solo afectó a 7.998 personas y estuvo lleno de problemas de gestión y retrasos. Ahora, el sector del automóvil es la gran prueba de fuego para demostrar si esta herramienta puede salvar empleos mientras las empresas enfrentan cambios estructurales. 

¿Y ahora qué? 

Con la DANA, Trabajo ha apostado fuerte por los ERTEs de fuerza mayor. Sin embargo, hasta ahora solo un 9,5% de las empresas afectadas han solicitado este tipo de medidas. En febrero sabremos si realmente están funcionando o si los despidos seguirán llevándose la delantera. 

 

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