Nintendo ha cerrado su ejercicio fiscal 2025 con un beneficio neto de 278.806 millones de yenes (1.705 millones de euros), lo que supone una caída del 43,2% respecto al ejercicio anterior, lastrado por la caída en ventas de la consola Switch OLED y su catálogo de software. La facturación total de la compañía japonesa descendió un 30,3%, hasta 1,165 billones de yenes (7.123 millones de euros).
El descenso del beneficio ha sido parcialmente compensado por una reducción del 22,8% en sus costes operativos, que alcanzaron los 882.368 millones de yenes (5.395 millones de euros), aunque el margen no fue suficiente para frenar la caída global.
En este contexto, Nintendo ha recortado su dividendo anual a 120 yenes por acción (0,73 euros), notablemente por debajo de los 211 yenes (1,29 euros) distribuidos el año anterior. El pago se dividirá en dos tramos: uno inicial de 35 yenes y otro final de 85 yenes.
No obstante, las perspectivas para el próximo año son mucho más optimistas. Nintendo anticipa un notable repunte para el ejercicio fiscal 2026 gracias al lanzamiento de la esperada consola Switch 2, prevista para antes de marzo del año próximo. La compañía espera comercializar 15 millones de unidades de este nuevo modelo, lo que le permitiría alcanzar unas ventas netas de 1,9 billones de yenes (11.616 millones de euros) y un beneficio de 300.000 millones de yenes (1.834 millones de euros).
En línea con estas previsiones, Nintendo prevé elevar de nuevo el dividendo hasta los 129 yenes (0,79 euros) por acción el próximo año, reflejando su confianza en el ciclo de renovación de producto.
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