El grupo polaco PFR e indio Jupiter se bajaron de la puja por Talgo, lo que deja el camino abierto para que España resguarde el control de la compañía ferroviaria.
Esta situación, sin embargo, registró un impacto inmediato en el mercado bursátil: las acciones de Talgo tuvieron una caída del 8,82% este jueves, situándose en 3,93 euros por título y perdiendo así el soporte de los 4 euros.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, había transmitido a Varsovia la determinación del Ejecutivo de Pedro Sánchez de proteger a Talgo de adquisiciones extranjeras.
En este contexto, la oferta presentada por Sidenor, liderada por José Antonio Jainaga, cobró mayor protagonismo.
La propuesta contempla la compra del 29,7% del capital en manos del fondo Trilantic a un precio de 4,15 euros por acción, con la posibilidad de añadir 0,65 euros adicionales si se cumplen ciertos objetivos financieros para 2027 y 2028.
El plazo para la recepción de ofertas finaliza este viernes 14 de junio, y hasta el momento, la de Sidenor es la única oferta firme, valorada en 177 millones de euros (4,80 euros por acción).
A esta operación se suman BBK, Vital y el fondo público vasco Finkatuz, aunque se descartó lanzar una opa por el 100% de la compañía.
El freno del capital extranjero sobre Talgo
PFR y Jupiter tenían planes para adquirir no solo el paquete de Trilantic, sino también el 10% en manos de las familias Abelló y Oriol, lo que habría obligado a una oferta pública de adquisición (OPA) al superar el umbral del 30%.
Sin embargo, la oposición del Gobierno y la aplicación del real decreto 571/2023, que regula la inversión extranjera, disuadió a estos inversores de seguir adelante.
El Ejecutivo español ya bloqueó en 2023 una OPA del consorcio húngaro Ganz Mavag, utilizando este mismo marco regulatorio.
Ahora, tanto en Madrid como en Vitoria, se prioriza que Talgo mantenga su arraigo en España, garantizando el empleo, la continuidad de su cotización en Bolsa y la preservación de sus patentes.
El Gobierno vasco, por su parte, va un paso más allá y plantea el traslado de la sede social de Talgo de Madrid a Álava, donde se encuentra su mayor planta de producción, en Rivabellosa.
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