Repsol reactiva sus inversiones en energía renovable tras la caída del impuesto extraordinario a las energéticas

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El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha expresado su optimismo tras la caída del impuesto extraordinario a las energéticas, que estaba programado para vencer el 31 de diciembre. Imaz considera que con esta decisión, «el problema se ha terminado» y ha reactivado el compromiso de la compañía con las inversiones previstas en su plan estratégico para España y sus centros industriales. 

Durante una conferencia con analistas, donde presentó los resultados de los primeros nueve meses del año, Imaz destacó que la reciente estabilidad regulatoria, lograda después de que el Gobierno, en un acuerdo con Junts y el PNV, decidiera no hacer permanente este gravamen, permite levantar la situación de ‘stand by’ en la que se encontraban varias inversiones. 

Imaz indicó que las decisiones finales de inversión (FID, por sus siglas en inglés) podrían comenzar a tomarse en 2025, específicamente para los proyectos destinados a impulsar el hidrógeno renovable en localidades como Cartagena, Bilbao y la Ecoplanta en Tarragona. “Ahora es el momento para nosotros de enfocarnos en el futuro y las oportunidades que están por venir”, dijo Imaz, subrayando que esta decisión positiva permitirá avanzar con las inversiones industriales planificadas en España. 

Repsol ha sido el grupo más afectado por este impuesto extraordinario en el sector energético durante los últimos dos años, con un desembolso cercano a los 800 millones de euros, 444 millones en 2023 y unos 335 millones en 2022. Este gravamen, inicialmente aprobado por dos años debido a la crisis provocada por la guerra en Ucrania, ha permitido al Gobierno recaudar más de 2.400 millones de euros en este periodo. 

Este impuesto llevó a Repsol a congelar 1.500 millones de euros

La imposición de este impuesto llevó a Repsol a congelar inversiones cercanas a los 1.500 millones de euros, que impactaban proyectos en cartera en lugares como Euskadi, Tarragona y Cartagena, debido a la inestabilidad regulatoria que se percibía en el país. En Tarragona, por ejemplo, la compañía tiene en marcha un ‘megaproyecto’ para construir una planta de valorización de residuos, con una inversión de 750 millones de euros. 

Además, en Tarragona, Repsol planea instalar el mayor electrolizador de España, con una capacidad de 150 megavatios (MW), con una inversión aproximada de 300 millones de euros. En Cartagena, la empresa también prevé la instalación de un electrolizador de 100 MW, con una inversión de alrededor de 200 millones de euros. En Euskadi, Repsol proyecta impulsar una cadena de valor para el hidrógeno, incluyendo una inversión de en torno a 200 millones de euros para un electrolizador de 100 MW en la refinería de Petronor. 

Imaz concluyó su intervención reafirmando el compromiso de Repsol con el desarrollo sostenible y la innovación tecnológica, enfatizando que ahora, con un panorama regulatorio más claro, la compañía está lista para avanzar en sus ambiciosos proyectos industriales y contribuir a la transición energética en España. 

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