Repsol ha pisado el acelerador en sus proyectos de hidrógeno en España tras desbloquear una etapa clave en su planta Hydric en Puertollano, Castilla-La Mancha. La petrolera, que en su día dejó caer la posibilidad de mover inversiones fuera del país por el famoso «impuestazo», ha arrancado el proceso de información pública para conseguir las autorizaciones ambientales necesarias.
¿El plan? Una planta de producción de hidrógeno verde con una potencia de 200 MW, que se convertiría en la más grande de su tipo en España. Este gigante energético tiene ya en la mano un PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) que incluye cerca de 10 millones de euros para el proyecto, según ha publicado el Boletín Oficial de la comunidad.
El alcalde de Puertollano, Miguel Ángel Ruiz, no ha tardado en mostrar su entusiasmo. “Este proyecto era un sueño para Puertollano y confirma que las grandes empresas nos ven como un referente en sostenibilidad y economía circular”, ha dicho. Y no es para menos: la planta se construirá sobre los terrenos de la vieja central eléctrica de Sevillana y generará 70 empleos directos. Además, utilizará electrólisis para producir hidrógeno y oxígeno de alta pureza, de la mano de Ric Energy.
Pero este proyecto no ha estado exento de baches en el camino. Inicialmente, la planta debía estar funcionando este año con un primer bloque de 30 MW de electrolizador, ampliable a 100 MW, pero los trámites sufrieron retrasos. La razón: las inversiones quedaron en pausa mientras Repsol decidía si priorizaba otras localizaciones, como su planta de Sines en Portugal.
Ahora todo apunta a que Repsol está lista para apostar fuerte por el hidrógeno verde en España. El próximo miércoles, su consejo de administración analizará el futuro de este proyecto y de otros planes importantes en Cartagena, Bilbao y Tarragona. La petrolera parece decidida a marcar un antes y un después en la transición energética del país.
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