El relevo exprés en la presidencia de Telefónica ha generado un impacto inmediato en la cotización de la empresa, con caídas del 3% en el precio de sus acciones al inicio de la jornada. El cambio, que ha sucedido sin previo aviso. Ha sembrado dudas en el mercado sobre la influencia del Gobierno español en la gestión de la compañía.
José María Álvarez-Pallete deja la presidencia de Telefónica, pasando el cargo a Marc Murtra, en un movimiento que ha desconcertado a los analistas. A las 9:00 horas, al abrir la jornada en el Ibex, las acciones de Telefónica llegaron a caer un 3,3%. Acercándose al umbral de los 3,80 euros por acción. Aunque la caída se moderó con el paso de la jornada, el nerviosismo sigue latente entre los inversores.
SEPI tiene el 10% de Telefónica
El principal motivo de incertidumbre para los analistas se centra en la presencia del Gobierno en Telefónica. La SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), que posee el 10% de las acciones de la empresa. Ha sido vista como un actor crucial en la decisión de forzar la dimisión de Álvarez-Pallete. Los analistas de Banco Sabadell y Renta4 destacan que este cambio podría abrir la puerta a injerencias políticas en la toma de decisiones de la empresa.
Juan Enrique Cadiñanos, de Naga Markets, alerta sobre el temor a la posible falta de independencia operativa de Telefónica, tras el aumento de la participación del Estado en la compañía. Según él, esto podría afectar la capacidad de Telefónica para competir en un mercado global cada vez más dinámico. Sin embargo, Cadiñanos confía en que, en los próximos días, el mercado obtendrá más claridad sobre si esta intervención estatal se percibe como un respaldo o si provoca aún más incertidumbre.
El cambio en la presidencia también ha generado especulaciones sobre un posible trasvase de negocios entre Telefónica y otras empresas participadas por la SEPI, como Indra. Javier Cabrera, analista de mercados, sugiere que el nombramiento de Murtra podría estar relacionado con un posible traspaso de activos entre ambas compañías. Como la compra de Minsait, una división de Indra.
A corto y medio plazo, los inversores estarán atentos a la nueva estrategia de Telefónica, especialmente en lo que respecta a la política de dividendos. Según Elena Fernández-Trapiella, analista de Bankinter, el nuevo presidente se enfrentará al reto de mantener el compromiso con el dividendo de 0,30 euros anuales. Lo que representa una rentabilidad del 7,6%, el principal atractivo para los accionistas de la empresa.
En resumen, el cambio de presidencia ha dejado en el aire más preguntas que respuestas. Las próximas semanas serán claves para entender si el mercado considera que Telefónica sigue siendo una inversión estable o si el gobierno español tendrá un papel más activo en su gestión.