El inicio de 2025 no está siendo el mejor capítulo para Tesla ni para su CEO, Elon Musk. Mientras el magnate se distrae con los movimientos políticos del entorno de Donald Trump, su compañía automovilística enfrenta un panorama complicado: por primera vez en una década, las ventas anuales de Tesla han caído.
El balance de 2024 muestra 1,79 millones de coches vendidos, ligeramente por debajo de los 1,8 millones alcanzados en 2023 y de las expectativas del mercado, que también estaban en esos 1,8 millones. Aunque el último trimestre del año fue un sprint interesante (495.570 coches vendidos), no logró cumplir con las previsiones de los analistas, que esperaban unas 512.277 unidades.
Un golpe directo al mercado
Las consecuencias no se han hecho esperar. Tesla arrancó la primera sesión del año con una caída bursátil de hasta el 7%, recordando aquel batacazo del primer trimestre de 2023, cuando la acción se desplomó un 29%. En ese entonces, las ventas también flojearon pese a las rebajas de precios y los incentivos para compradores.
Lo que más sorprende es el contraste con los mensajes de Musk el pasado abril. En aquel momento, aseguraba a los inversores que las ventas de 2024 superarían a las del año anterior. Claramente, las cosas no han salido según lo planeado.
¿Qué está pasando con Tesla?
La caída en las cifras llega en un momento en el que Tesla enfrenta desafíos en varios frentes. Desde la explosión de un Cybertruck a las puertas del hotel Trump en Las Vegas hasta una creciente competencia en el mercado de los vehículos eléctricos. Aunque la firma sigue siendo un referente, parece que el efecto “Musk” no está siendo suficiente para mantener el ritmo vertiginoso de años anteriores.
Habrá que ver si 2024 es solo un bache o si marca un cambio más profundo en la trayectoria de Tesla. Lo que está claro es que el mercado está observando, y Musk tiene trabajo por delante para recuperar la confianza de sus inversores.
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