Coche autónomo: ¿adelanto chino a Occidente?

El control y las exigencias legales de Europa y EE. UU. amenazan con limitar los nuevos desarrollos, condicionados también por las fuertes inversiones

La británica Jaguar se ha asociado con la empresa tecnológica Waymo, propiedad de GoogleLa británica Jaguar se ha asociado con la empresa tecnológica Waymo, propiedad de Google

Desde K.I.T.T., el Coche Fantástico de la serie de televisión de los 80 que se comunicaba mejor que Siri y se portaba mejor que una mascota, al Johnny Cab, el robotaxi que trasladaba a Arnold Schwarzenegger en Desafío Total (1990), Hollywood hace tiempo que imagina cómo sería el futuro del coche autónomo.

Cabría esperar entonces que fueran las calles de Los Ángeles las primeras que vieran circular taxis sin conductor. Y los han visto, pero en pruebas y con un resultado todavía incierto. Muchos accidentes, algunos mortales y un claro problema de responsabilidades en el caso de que las cosas no salgan bien.

Tesla, Audi o Volvo han realizado ingentes inversiones en el desarrollo de esta tecnología, pero las grandes expectativas que había en la década de 2010 se han enfriado en la actual. En teoría, no debería ser difícil. Hace décadas que los aviones y los barcos cuentan con pilotos automáticos y muchos trenes circulan sin ningún tipo de conductor, pero parece que las carreteras no son tan fiables como el agua, el aire o unos railes. Los coches autónomos podrían cambiar radicalmente la forma de movernos, las carreteras o la industria de los seguros.

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Mercedes-Benz ya tiene el permiso para probar la autónoma Nivel 4 en carreteras y autopistas urbanas de Beijing

A nadie se le escapa que la Inteligencia Artificial (IA) puede ser la clave para ‘entrenar’ a estos coches y la aparición de DeepSeek, la IA china, más barata y abierta que las occidentales, puede suponer que los chinos, también en esto, adelanten a los occidentales. De hecho, ya lo estaban haciendo.

Beijín ya había aprobado antes de finales de 2024 una serie de medidas para incentivar los vehículos autónomos en la capital china, taxis y autobuses sin conductor. Los primeros ensayos reales podrían hacerse ya en abril, combinados con la construcción de autopistas inteligentes y otras infraestructuras de apoyo. Hay ya 19 ciudades chinas que han dado luz verde a ensayos de vehículos conectados inteligentes, robotaxis y robobuses, entre ellas Wuhan, la Detroit china. Entre las empresas que participan en estos proyectos está también Tesla, que quiere empezar a hacer pruebas en China este año y fabricar allí en 2026 su robotaxi, y Mercedes-Benz ya tiene el permiso para probar la autónoma Nivel 4 en carreteras y autopistas urbanas de Beijing.

Al mismo tiempo, en Estados Unidos la conducción autónoma empieza a tener algunos problemas. En Europa no pasamos de ver cómo lo regulamos, aunque ya lo ha hecho el Reino Unido, ahora fuera de la UE, que en mayo de 2024 aprobó la Ley de Vehículos Automatizados que podría permitir coches autónomos en las carreteras inglesas en 2026 con un “nivel de seguridad al menos tan alto como los conductores humanos cuidadosos y competentes”.

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En Occidente, las grandes empresas y los fabricantes de vehículos se alían para desarrollar coches autónomos, pero cada vez que hay un accidente, hay un problema. General Motors ha decidido tirar la toalla con su filial Cruise (vehículos autónomos) tras diez años de trabajo y unos 10.000 millones de dólares de inversión. En noviembre de 2024 tuvo que abonar una indemnización de 500.000 dólares por un accidente mortal producido en octubre de 2023 con un coche autónomo. “Hace falta tiempo y recursos considerables para hacer crecer el sector de los robotaxis que, además, cada vez es más competitivo”, reconoció GM. En China hay recursos casi ilimitados y pocos problemas con los accidentes.

Volvo colabora con Uber en el desarrollo de una versión autónoma del XC90; Renault se está centrando en autobuses autónomos con recorridos cerrados, mientras Hyundai planea ya su robotaxi Ioniq 5, que se hará en Singapur. Por su parte, la británica Jaguar se ha asociado con la empresa tecnológica Waymo, propiedad de Google, con el objetivo de producir hasta 20.000 vehículos autónomos sobre el modelo I-Pace eléctrico que se podrán convertir en cientos de miles de unidades entre tres y cinco años.

También estos coches han tenido problemas en sus ensayos en San Francisco, donde los habitantes empiezan a reclamar más tranvías y menos taxis moviéndose sin control a las 4 de la madrugada. “Las empresas que desarrollan coches autónomos, y que quieren recorrer nuestras calles, deben ser totalmente honestas en sus relaciones”, afirmaba hace unos meses Martha Boersch, jefa de la división criminal de la oficina del fiscal de San Francisco. Aunque en Estados Unidos ahora no sean la prioridad tecnológica, el CES de Las Vegas que se celebró entre el 7 y el 11 de enero de 2025 demostró que los coches autónomos no han pasado de moda con la presentación de sensores, cámaras, láseres y nuevo software para estos coches. Las paradojas de la innovación.

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