Leer el menú de un restaurante con estrellas de derecha a izquierda tiene un punto de sofisticación y locura. Hacer lo mismo con la lista de precios de los fabricantes de automóviles más lujosos del mundo es un reto de estilo… y financiero.
Las principales marcas premium del sector de automoción son las que mejor han atravesado los difíciles últimos años, superando casi sin inmutarse la pandemia y la escasez de chips. La demanda de estos coches siguió fuerte y los componentes que llegaban se iban a los modelos más rentables, los más caros. Además, en el proceso hacia la electrificación de la movilidad, el automóvil está empezando dejar de ser asequible, popular y longevo. Una tendencia que beneficia a las marcas de lujo. Puestos a pagar más, paguemos por algo que vale más.
En 2023, el volumen de negocio de este grupo de fabricantes de élite, principalmente europeos (aunque también se cuela algún japonés y estadounidense), superó los 440.000 millones de dólares y se prevé que en 2029 llegue a los 600.000 millones, un 5% más en un momento de incertidumbre, con la previsión de un impulso mayor en los mercados de la región Asia Pacífico
En este momento turbulento de cambio de tecnológico, se supone que pasaremos de la combustión a la electrificación, aunque cada vez hay más dudas. Las marcas de lujo también avanzan sus planes para electrificarse, al tiempo que aprovechan el momento para hace caja con series limitadas y caras de sus modelos más potentes. Lo están haciendo Audi, Porsche, Aston Martin, Ferrari, Rolls Royce y hasta Bugatti, que decidió subastar el último con motor W16, un único Chiron Profilée de 1.500 caballos, y lo vendió en enero de 2023 por 9,79 millones de euros, la cifra más alta pagada por un coche nuevo.
Al margen de estas operaciones, los modelos más caros en el menú de los grandes fabricantes llevan generalmente motores de combustión y con prestaciones estratosféricas. En cuanto a las carrocerías, hay mucho cabrio, un estilo difícil de encontrar en otros segmentos de mercado, y menos berlinas en beneficio de los SUV, siguiendo la tendencia global del automóvil.
En Maserati, BMW y Porsche el modelo más caro de su lista de precios es un descapotable, aunque con muchas diferencias. La deportividad extrema de los Maserati C20 Cielo y el Porsche 911 Turbo S Cabriolet, contrasta con el estilo más confortable y las cuatro plazas del BMW M8, aunque todos destacan por su potencia y altas prestaciones. Con techo, pero radicalmente deportivo, el nuevo Lamborghini Revueto se convierte en el primer híbrido y la cima de la marca.
El segmento de las berlinas, en el que nació el automóvil de lujo, está evolucionando muy rápidamente con vehículos más deportivos, pero también más grandes, potentes y coqueteos con la electrificación. Actualmente el Mercedes-Benz más costoso es la berlina Clase S con terminación AMG, batalla larga y motorización híbrida. En Audi, el RS7 Sportback Performance con motor de 630 caballos y tracción quattro, en Lexus el LS 500H híbrido y en Bentley, el Continental GT con propulsor W12. En Rolls Royce, por supuesto, el Phantom, la carroza del siglo XXI.
Pero los fabricantes de lujo se mueven también hacia nuevas formas. No es el caso de JLR, que con el Range Rover lidera el segmento de los 4×4 de lujo desde los años 70 del siglo XX, aunque ahora innova en tecnología y sofisticación con el motor híbrido de 530 caballos. Sí es nueva en la marca la carrocería SUV de cuatro puertas y cuatro plazas del sofisticado e innovador Ferrari Purosangue y también en el inesperado Aston Martin DBX 707 (¿un guiño a James Bond?). Un volumen que comparte el Model X Plaid, el Tesla más caro de la marca más joven, que ha conseguido hacerse un hueco en el segmento de lujo con tecnología 100% eléctrica.
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