La fabricante china Xpeng prepara su desembarco en España este mismo año.
La marca de coches ha anunciado este lunes, la firma de un acuerdo con el grupo Salvador Caetano Auto para distribuir sus vehículos en España y Portugal, desde este mismo 2024.
Fundada en 2014, la compañía se ha centrado en la producción y venta de vehículos eléctricos inteligentes. Pese a su juventud, la empresa se encuentra en un período expansionista. El año pasado dieron a conocer su intención de ingresar en mercados de Europa, Oriente Medio y África.
La entrada de Xpeng al mercado español se suma a la creciente presencia de marcas automotrices chinas en Europa. La gama de vehículos que ofrece la fabricante en su web está compuesta por las berlinas P7 y P5, así como los SUV G3i y G9.
Sobre el acuerdo con la red de concesionarios, Brian Hongdi Gu, vicepresidente honorario del consejo de administración de la automotriz, indicó que es crucial para penetrar en los mercados de la Península Ibérica. Alabó la experiencia internacional y la sólida trayectoria en la distribución de marcas en Europa, Sudamérica y África.
“Estamos muy orgullosos de contar con Salvador Caetano como socio estratégico en España y Portugal, mercados muy importantes para Xpeng. La experiencia internacional de Salvador Caetano Auto y su larga trayectoria en la distribución de marcas en Europa, Sudamérica y África, lo posicionan como la mejor opción para asegurar la representación de Xpeng en la Península Ibérica y explorar futuras colaboraciones”
Invasión china
Xpeng se une a otras marcas chinas que han incursionado en el mercado español en los últimos años. Además de BYD, el mayor fabricante de vehículos eléctricos de China, y comercializado también por Salvador Caetano Auto, han establecido su presencia en España otras marcas como Dongfeng, MG (SAIC Motor), Lynk & Co, Chery y Jaecoo.
Sin embargo, la llegada masiva de marcas chinas ha suscitado preocupaciones en Europa. En octubre pasado, la Comisión Europea anunció una investigación sobre posibles subsidios ilegales otorgados por el Gobierno chino a las automotrices del país. Esta situación podría resultar en la imposición de aranceles retroactivos a las compañías chinas que importan vehículos eléctricos a Europa.
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