Stellantis continúa su reestructuración ejecutiva sin resolver su principal incógnita: quién sustituirá a Carlos Tavares al frente del grupo. Mientras tanto, la multinacional automovilística ha anunciado este lunes un nuevo cambio en uno de sus puestos clave: Xavier Chardon será el nuevo CEO de Citroën a partir del próximo 2 de junio, en sustitución de Thierry Koskas.
Chardon, con casi dos décadas de experiencia dentro de la firma francesa, asumirá las riendas de la marca en uno de sus momentos más delicados. Citroën enfrenta un doble golpe: el escándalo de los motores PureTech —con numerosos casos de fallos en las correas de distribución y un elevado consumo de aceite— y un desplome del 16,3% en las ventas europeas durante el primer trimestre de 2025, según la patronal ACEA. A esto se suma el retraso en la entrega del nuevo C3, su modelo estrella.
Jean-Philippe Imparato, director de operaciones de Stellantis Europa, ha agradecido la labor de Koskas, destacando “la renovación de la gama de productos, especialmente con el nuevo C5 Aircross”. También expresó su confianza en Chardon: “Su experiencia y profundo conocimiento de la marca serán clave para fortalecer la posición única de Citroën en el mercado”.
El nombramiento de Chardon se suma a una serie de movimientos recientes en la cúpula de Stellantis. En los últimos meses, la compañía ha sustituido a Linda Jackson por Alain Favey al frente de Peugeot, ha nombrado a Florian Huettl como director general en Alemania, y ha colocado a Marco Cane como nuevo líder de Stellantis Iberia en lugar de Pablo Puey. Estas decisiones se producen en un contexto de fuerte reconfiguración estratégica del grupo.
Entre las decisiones más relevantes destaca la vuelta de Stellantis a la patronal europea ACEA, una institución de la que se había retirado por decisión de Tavares, así como importantes inversiones para calmar tensiones políticas y económicas: 4.100 millones de euros en una nueva planta de baterías en España, en colaboración con la china CATL, y 2.000 millones en Italia tras una etapa de enfrentamiento con el gobierno de Giorgia Meloni.
Pese a todos estos cambios, el futuro liderazgo del grupo sigue siendo un misterio. Tavares fue destituido en diciembre tras un año nefasto en resultados: las ganancias de Stellantis se desplomaron un 70% en 2024, quedando por debajo de los 5.500 millones de euros. Además, el grupo sufre una fuerte competencia interna entre sus marcas —Citroën, Peugeot, Opel y Fiat—, problemas de distribución en EE. UU., y una caída global de ventas de más del 13% el año pasado, tendencia que ha continuado este año con un retroceso del 20% en el mercado estadounidense.
Entre los nombres que han sonado para sustituir a Tavares figuran Luca de Meo (Renault), Wayne Griffiths (ex CEO de Seat y Cupra), Maxime Picat (director de compras del grupo), Jean-Philippe Imparato (quien se ha descartado) y Antonio Filosa, actual jefe del grupo en América, quien según Bloomberg es el favorito actual.
Con Citroën en crisis, una estrategia de marca aún poco definida y sin un CEO global a la vista, el futuro inmediato de Stellantis permanece lleno de incertidumbre. Chardon asume el reto con una marca necesitada de dirección, confianza del consumidor y resultados urgentes.
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