El sacrificio al servicio de la ambición

Estarán de acuerdo en que, generalmente, se les desea a los jóvenes “solo lo mejor”. Se anhela que logren alcanzar sus sueños y aspiraciones. Sin embargo, no piensa exactamente lo mismo el señor Jen-Hsun Huang, CEO de Nvidia, la sorprendente multinacional californiana de IA. Recientemente, al dirigirse a los estudiantes de la Stanford School of Business, les deseó, en cambio, dolor y sufrimiento. Esto se debe a que, como ha explicado, “la grandeza proviene del carácter, y el carácter no se forma en personas brillantes, sino en personas que han sufrido”.
Dicho así, el mensaje podría malinterpretarse… Obviamente, el deseo no es que las empresas hagan sufrir a sus empleados. Mucho menos debería reducirse la ecuación a afirmar que las personas que han sufrido mucho en la vida son automáticamente buenos líderes. Tampoco debe interpretarse el dolor y el sufrimiento como una especie de entrenamiento para preparar a directivos y empresarios dispuestos a todo. Dejando de lado lo que quiso decir el fundador de Nvidia, y sin ponerle palabras en la boca ni pensamientos que no expresó, es cierto que son pocos los grandes empresarios y directivos —aquellos que antaño se llamaban ‘capitanes de industria’— que han tenido una vida fácil.

Además, quien nace en contextos acomodados, con ‘poco sufrimiento’, rara vez estará dispuesto a soportar el nivel de sacrificio necesario a lo largo del tiempo para alcanzar un objetivo ambicioso. No ha heredado, por así decirlo, esa hambre atávica necesaria para la perseverancia. O, al menos, no ha tenido la oportunidad de entrenarla: si alguna vez existió, con el tiempo se ha atrofiado. Un hambre que, en los casos más afortunados, puede transformarse en esfuerzo, luego en sacrificio, y en consecuencia en dolor. Pero, atención, se trata de un sufrimiento consciente, porque el dolor bruto y sin propósito no da fruto; si, en cambio, es producto de una elección consciente, representa el terreno sobre el cual crecen los proyectos y, a veces, incluso florecen los sueños.

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