Ana de Vicente Lancho (Industria): «Hay un repunte en las inversiones de Emiratos, Catar y Arabia Saudí»

La subdirectora general de países mediterráneos, África y Oriente Medio del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo analiza las inversiones de Oriente Medio en España

La subdirectora general de países mediterráneos, África y Oriente Medio del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Ana de Vicente LanchoLa subdirectora general de países mediterráneos, África y Oriente Medio del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Ana de Vicente Lancho

El objetivo de Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Catar de diversificar su economía viene acelerando su presencia en empresas españolas durante la última década, pero fue su incursión en firmas estratégicas, como Telefónica, lo que generó la gran duda: ¿Existe un peligro oculto detrás de estas operaciones? Para analizar este escenario, Business People conversó con Ana de Vicente Lancho,  subdirectora general de países mediterráneos, África y Oriente Medio del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, quien ahonda en las características de las inversiones de Oriente Medio en España.

La llegada de STC a Telefónica y el interés de TAQA en Naturgy ponen las inversiones de Oriente Medio en España en el foco, pero no se trata de un fenómeno reciente, ¿cómo ha evolucionado la llegada del capital árabe durante la última década?

El Consejo de Cooperación del Golfo tiene 6 países, y si bien todos son árabes, cada uno tiene sus propias características, y las relaciones económicas de España son particulares con cada uno de ellos. Según cifras de 2021 (últimas cifras de posición disponibles), por orden de mayor a menor posición (stock) de inversión extranjera en España, tenemos: Emiratos Árabes Unidos (5.635 millones de euros), Catar (3.357 millones), Arabia Saudí (1.009 millones), Kuwait (515 millones), Bahréin y Omán, si bien estos dos últimos tienen un peso testimonial en la inversión en España.

Comencemos por Emiratos. Hasta 2008 no existían apenas intercambios de flujos de inversión entre nuestros países, y sin embargo desde entonces ha acumulado un stock de más de 5.000 millones de euros en España. En 2023 entraron netamente 358 millones de euros de inversión directa. Y la tendencia en los últimos años es ligeramente al alza.

En segundo lugar, tenemos Catar. En este caso, sus inversiones en España eran casi nulas hasta 2015, y desde entonces el stock acumulado de inversión en España ha superado los 3.000 millones de euros desde 2021, si durante los últimos dos años no ha habido grandes entradas de nuevas inversiones.

En tercer lugar, tenemos Arabia Saudí, cuya empresa STC, como usted indicaba, ha tomado recientemente una importante participación en Telefónica. A diferencia de los dos países anteriores, los saudíes ya tenían un importante peso en la inversión exterior española cuando llegó la crisis internacional de 2008. Durante los años posteriores se redujo su posición, y desde 2014 ha vuelto a tomar fuerza la inversión directa saudí en España, siendo 2023 el tercer año de mayores flujos netos de inversión de la última década, alcanzando los 86 millones de euros de nuevas entradas (y un stock acumulado de más de 1.000 millones, como comentábamos al inicio).

Por último, nos queda Kuwait, país cuyo stock de inversiones aumentó fuertemente desde los 500 millones de euros de 2014 hasta cerca de 2.000 millones en 2015, si bien desde ese año ha habido una suave desinversión neta, volviendo su stock actual a valores de 2014.

¿Perciben un significativo repunte en los últimos años? ¿A qué lo atribuyen?

Sí hay un repunte por parte de algunos países árabes, como es el caso de Emiratos, Catar y Arabia Saudí. Entendemos que se debe a varios factores.

Por un lado, se trata de países productores y exportadores de petróleo, con fuertes ingresos provenientes de dicho sector. Como consecuencia, tienen fuertes superávits exteriores, que en parte utilizan para financiar su gasto público, y en parte canalizan en ahorro invertido en el resto del mundo a través de sus fondos soberanos o empresas públicas en sectores estratégicos. El objetivo de dicha inversión exterior es doble: por un lado, rentabilizar dicho ahorro, y por otro, contribuir a diversificar sus economías y reducir en un futuro su dependencia del sector de los hidrocarburos. De este modo, invierten en muchos países, y España es uno de ellos.

Por otro lado, los mencionados países buscan invertir en países y sectores estratégicos que perciben con mayor potencial de crecimiento para los próximos años. La situación geográfica española, la posición internacionalizada y la experiencia de nuestras empresas, suponen un atractivo inversor.

¿Cuáles son los sectores de la economía española donde muestran mayor interés y por qué?

Podemos destacar tres, aunque también hay otros:

Energía, pues es la base del funcionamiento de nuestra sociedad. Además, España lleva años impulsando la generación eléctrica renovable (la electricidad supone cerca del 25% de la energía total). Destaca la producción eléctrica eólica y, en menor medida, fotovoltaica. Los países del Golfo Pérsico, en su estrategia de diversificar sus inversiones en general, y las de su sector energético en particular, aprovechan la situación y los incentivos que ofrece España para invertir en producción eléctrica renovable, dado además que existe una retribución a las renovables garantizada por regulación, que entre 2020 y 2025 está cerca del 7% de lo invertido.

Telecomunicaciones, sector innovador desde hace décadas, con importantes efectos de red sobre el conjunto de la economía, y donde España tiene empresas como Telefónica con gran presencia internacional.

Y en tercer lugar podemos citar el sector inmobiliario, que tras los años de recuperación  que siguieron a la crisis de 2008, lleva varios años encadenando un sostenido crecimiento en España. Los inversores árabes parecen compartir en parte el tradicional sentimiento español de “ahorrar en ladrillo”.

Así, Abu Dabi (uno de los 7 miembros de los Emiratos Árabes Unidos), tiene tanto un fondo soberano, Mubadala, con posición mayoritaria en Cepsa y minoritaria en Enagás, como una empresa energética pública, Taqa, que como también usted mencionaba, parece tener interés en la española Naturgy.

Catar, a través de participaciones de su fondo soberano QIA, invierte en sectores españoles como el inmobiliario (Colonial), el transporte aéreo (IAG). O el energético (Iberdrola).

Por su parte, Arabia Saudí, uno de los principales exportadores de petróleo del mundo, canaliza su ahorro exterior mediante su fondo soberano PIF (Public Investment Fund). Es precisamente dicho fondo el principal propietario de la saudí STC, que como usted mencionaba ha adquirido un 10% del capital de Telefónica (un 5% en acciones y otro 5% en derivados financieros).

¿Está el capital español también llegando a empresas estratégicas en países como Catar, Emiratos Árabes o Arabia Saudí?

Hay varias formas de participar en la economía de otro país. Una es comprar una participación en algunas de sus empresas porque consideres que son buenas en lo que hacen; eso es inversión directa, y es lo que hacen los árabes en España, y en menor medida España allí. Pero otra forma consiste en que tus empresas exporten, se implanten allí y consigan contratos para realizar proyectos en sectores estratégicos; y esto es lo que más hacen las empresas españolas en esos países.

La posición inversora de España en estos países ha crecido durante los últimos años, si bien a menor ritmo que la árabe aquí, y alcanzando órdenes de magnitud inferiores a los recíprocos. Sin embargo, nuestras exportaciones, así como la presencia de empresas españolas en proyectos estratégicos, sí ha crecido fuertemente. Tenemos las empresas y el know-how necesario para que los árabes puedan desarrollar en sus países sectores estratégicos clave: infraestructuras, energía, desalinización y gestión de recursos hídricos, construcción, tecnología, defensa e ingeniería, el sector de la salud, y por supuesto el turismo. En todos estos sectores España tiene experiencia y ventaja comparativa y una fuerte y creciente implantación en estos países.

Así, por ejemplo, si bien la posición inversora de España en Arabia Saudí supone en torno al 60% de la que los saudíes tienen aquí, nuestras exportaciones a aquel país han aumentado en los últimos años superando los 2.500 millones de euros en 2023, y están muy diversificadas en sectores como el agua, las energías renovables y los bienes de equipo. Además, las empresas españolas tienen una importante presencia en el país realizando importantes contratos en sectores estratégicos como los mencionados en el párrafo anterior.

En Emiratos nuestra posición inversora se acerca a un tercio de la suya. Sin embargo, nuestras exportaciones han superado los 1.800 millones de euros, cerca del doble de las suyas hacia España; y las empresas españolas también participan en los sectores mencionados.

Y en Catar, donde apenas tenemos inversión directa española, y donde los intercambios comerciales bilaterales son aún menores que con los otros dos países, nuestras exportaciones son crecientes, situándose cerca de 400 millones de euros en los últimos años.

Desde la Secretaría de Estado de Comercio, con la inestimable ayuda de nuestras Oficinas Económicas y Comerciales en la región, trabajamos para ayudar a que las empresas españolas sigan aumentando su presencia en la región.

¿Existe la preocupación de que la presencia de capital de Oriente Medio en firmas estratégicas pongan en peligro la seguridad nacional o europea? ¿Qué medidas de control se están tomando?

La atracción de inversiones extranjeras a España ha sido un elemento fundamental en el impulso de la modernización de la economía y en la creación de empleo productivo, estable y de calidad. Los inversores extranjeros encuentran en España un destino seguro para sus inversiones, con un sector industrial diverso, orientado a la exportación y altamente productivo.

En España tenemos un marco para el análisis y el control de inversiones extranjeras, reforzado el año pasado, que garantiza que las operaciones no afectan a la autonomía estratégica y a los intereses de España en materia de infraestructuras críticas, salud, seguridad y orden público, al tiempo que busca guardar el equilibrio para seguir siendo atractivos como destino inversor. De hecho, según el ranking elaborado por la OCDE, España está entre los diez primeros países desarrollados con menos restricciones regulatorias a la inversión extranjera, por delante de Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Suiza y Estados Unidos.

¿Está previsto que el Gobierno de España pueda seguir aumentando su presencia en empresas privadas a través de la SEPI para contrarrestar al capital extranjero?

Esta pregunta no la podemos responder, ya que no es competencia de esta Secretaría de Estado.

De las inversiones por 4.700 millones anunciadas por el emir Tamim bin Hamad Al Thani en 2022, ¿qué porcentaje se ha realizado hasta la fecha y en qué sectores/empresas? ¿Qué previsiones hay para el resto de los recursos?

Las inversiones cataríes en España llevan creciendo desde 2016. Estamos trabajando con el gobierno de este país para identificar sectores de interés para materializar esas inversiones, en particular a través de la colaboración con la Compañía de Financiación del Desarrollo (COFIDES), perteneciente a la Secretaría de Estado de Comercio.

Recientemente, el Gobierno ha aprobado la creación de FOCO, un Fondo de Coinversión, que está dotado con 2.000 millones de euros y que está gestionado por COFIDES. El objetivo principal de FOCO es atraer activamente inversiones extranjeras hacia proyectos iniciados por empresas privadas dentro de España con el objetivo de impulsar inversiones en actividades alineadas con los objetivos del Plan de Recuperación, como la transición energética, la transformación digital, la movilidad sostenible, la biotecnología o la agricultura sostenible.

¿Qué previsiones existen sobre las inversiones de Oriente Medio en España?: Cuánto crecerán, en qué sectores, de qué países llegará mayoritariamente, cómo afectará a la economía nacional/europea

Como comentábamos en la primera parte de la entrevista, la tendencia en los últimos años es de entrada creciente de inversión en España desde Emiratos y Arabia Saudí, y en menor medida del resto de países del Golfo Pérsico. Lo previsible es que dicha tendencia continúe, aunque al hacer previsiones los economistas debemos ser prudentes, pues siempre están sujetas a cambios en la situación internacional.

En cuanto a los sectores, es previsible que sean similares a los que más peso tienen en los últimos años: energético, telecos, y posiblemente el inmobiliario. Adicionalmente a los sectores que han recibido inversión durante los últimos años, los árabes tienen interés en participar también en la industria manufacturera española, y están atentos al dinamismo de ciertos sectores como el automóvil.

Los efectos de la inversión extranjera, y de la internacionalización de la economía en general, suelen ser positivos. Sin embargo, es importante asegurar el no perder el control sobre lo que sucede en ciertos sectores estratégicos. De ahí que la Unión Europea defienda objetivos como la “Autonomía Estratégica Abierta”, que implica esa idea, fácil de intuir pero no siempre de aplicar, de buscar un equilibrio entre la apertura exterior en comercio e inversiones, con defender los intereses estratégicos de nuestras naciones.

¿En qué se traducirá lacreación de un marco estructurado de cooperación económica” anunciado por Pedro Sánchez y Mohamed bin Salmán? ¿Hay ya algún proyecto en la mira?

Un aspecto que marca una particularidad interesante a la hora de aprovechar las oportunidades de negocio en los países árabes es la conveniencia de que se invierta tiempo en establecer relaciones de confianza a nivel personal. “Primero la relación, luego el negocio”, suelen decir allí. Eso transmite seriedad en las intenciones y contribuye a mitigar los conflictos y malentendidos cuando estos surjan.

Así, fortalecer relaciones institucionales es una forma de ayudar a que las empresas españolas puedan aprovechar mejor las oportunidades económicas que dichos países ofrecen. Es importante por ello potenciar la diplomacia económica a través de las Oficinas Económicas y Comerciales en esos países, en colaboración con las Embajadas de España, así como fomentar visitas de alto nivel entre España y los países árabes del Golfo.

En esta línea, cabe destacar la Comisión Mixta hispano-saudí que volverá a reunirse en la segunda mitad del presente año en Riad, y donde las comitivas presididas por los Ministros de Economía de ambas naciones tratarán los temas más relevantes para seguir fortaleciendo lazos económicos y comerciales.

¿Cuáles son los principales retos que debe asumir España para garantizar que dichas inversiones de Oriente Medio sean realmente productivas para la economía nacional?

España es un país que cuenta con varios puntos fuertes a la hora de seguir desarrollando sus relaciones económico-financieras y políticas con los países árabes del Golfo, entre los que destacan los lazos históricos con el mundo árabe y una mayor afinidad cultural que la existente con otros países europeos. Si bien la presencia empresarial y las exportaciones españolas han crecido de forma considerable en los últimos 20 años, existe un gran potencial para que sigan creciendo.

En cuanto a las inversiones de los países del Golfo en España, es importante que contribuyan al dinamismo de la economía española, a crear valor y empleo, y que contribuyan a generar nuevas oportunidades de negocio para las empresas españolas.

Acceda al reportaje completo en Business People de julio-agosto de 2024 o en su versión digital.

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