Mayte Arráez González, jefa de la División de Diseño de Producto del Euro Digital en el Banco Central Europeo (BCE), ofrece una visión detallada sobre el futuro del euro digital y su impacto en la economía europea. Destaca que, aunque aún no hay un cronograma definitivo, el BCE trabaja activamente en el desarrollo técnico del proyecto mientras otras instituciones europeas avanzan en la creación del marco legislativo necesario. El lanzamiento dependerá de la aprobación de esta regulación, con la expectativa de estar preparados para implementarlo si así se decide, priorizando siempre la experiencia del usuario y la cohesión en toda la zona euro.
Además, la experta subraya la capacidad de los intermediarios europeos, en particular el sistema bancario español, para adaptarse a este nuevo modelo de pago digital. Asegura que la adopción del la nueva moneda representará una solución de pago paneuropea que reducirá la dependencia de proveedores extranjeros y fortalecerá la competitividad europea. También explica que el proceso de implementación será escalonado y que se mantendrán estrictos estándares de ciberseguridad para garantizar la confianza en este nuevo medio de pago.
Las estimaciones apuntan a que el Euro Digital llegará en 2026, ¿está de acuerdo con estos plazos?
En estos momentos es difícil hacer estimaciones concretas. Mientras nosotros nos centramos en el desarrollo técnico del proyecto, otras instituciones europeas, como el Parlamento y la Comisión, están trabajando en el marco legislativo para el euro digital.
La legislación es una pieza clave del proyecto que, en parte, también determinará sus tiempos. El Consejo de Gobierno del BCE considerará la emisión solo cuando se haya adoptado la regulación correspondiente.
Entre tanto, nuestro objetivo es avanzar en el desarrollo técnico del euro digital para estar listos para introducirlo, si así se decide, a la ciudadanía europea. En concreto, estamos trabajando en la selección de proveedores para colaborar en el desarrollo del euro digital y la definición de sus normas de funcionamiento que aseguren una implementación homogénea del euro digital – y de la experiencia de pago para los ciudadanos – en toda la zona euro.
¿Cree que se estará listo en España (y el resto de la UE) para adoptar este nuevo modelo? ¿Cuáles son las grandes asignaturas pendientes que se deben tomar antes de su adopción?
Los intermediarios españoles, incluyendo el sector bancario, han demostrado saber adaptarse muy bien a los retos digitales de los últimos años. España es uno de los países más avanzados en métodos de pago digitales en la zona euro, como lo refleja el éxito de Bizum, con 25 millones de usuarios el año pasado. Confiamos en que el sistema de pagos español está preparado para los desafíos que pueda traer la posible emisión.
De cara a una posible adopción del euro digital, la aprobación de su correspondiente regulación y normas de funcionamiento es clave para garantizar claridad y homogeneidad en toda la zona euro. Además, el BCE, junto con todos los bancos centrales del Eurosistema, deberá intensificar la comunicación con los ciudadanos europeos para transmitir las implicaciones que el euro digital podría tener en sus rutinas cotidianas.

Mayte Arráez González, jefa de la División de Diseño de Producto del Euro Digital en el Banco Central Europeo (BCE)
¿Cómo recomienda que sea su proceso de implementación? (¿Gradual, primero en las empresas?, etc.)
El despliegue de un nuevo medio de pago implica varios retos, especialmente al implementarlo simultáneamente en los veinte países de la zona del euro. Por ello, el Eurosistema está considerando un despliegue escalonado, lo que es una práctica habitual en el mercado.
Un primer lanzamiento incluiría los pagos directos entre particulares y también el comercio electrónico, áreas con menos complejidad técnica y de gran interés para la ciudadanía. Este enfoque permitiría una familiarización gradual con el euro digital, favoreciendo su aceptación y mejorando la experiencia del usuario.
En una segunda fase, se añadirían pagos en comercios físicos, que requieren más tiempo para adaptar los puntos de venta en toda Europa.
Además, desde su primer lanzamiento, el euro digital permitirá pagos tanto online como offline, facilitando transacciones sin conexión a internet.
¿Qué impacto prevé que tenga en la economía europea? ¿En qué nos beneficia o perjudica dar el salto al Euro Digital?
El euro digital ofrecería una solución de pago paneuropea, bajo gobernanza europea, similar al efectivo actual, pero en formato digital. Esto es algo que no existe en el mercado europeo. Actualmente, quienes prefieren pagar digitalmente deben recurrir a métodos de pago de actores extranjeros fuera de la jurisdicción europea.
Un euro digital reduciría nuestra dependencia de estos proveedores, reforzando la competitividad y la innovación del sistema de pago europeo. Además, ofrecería una plataforma paneuropea gratuita para que los proveedores de pago europeos desarrollen sus propias soluciones.
Con la computación cuántica poniendo en ‘jaque’ la ciberseguridad, ¿cómo se garantiza la seguridad del Euro Digital?
La ciberseguridad es un gran reto para toda la industria digital. En Europa, tenemos una infraestructura sólida que gestiona pagos críticos con éxito. Utilizaremos toda nuestra experiencia colectiva para desarrollar un euro digital seguro, en un entorno ciberresistente y preparado para el futuro.
La Fed no está convencida de crear un Dólar Digital, ¿considera que EEUU ve unos riesgos que en Europa están pasando desapercibidos?
Además del BCE, hay 78 países y uniones monetarias de todo el mundo que están explorando sus propios proyectos de moneda digital para uso minorista. En el BCE, mantenemos reuniones regulares con expertos de todo el mundo para intercambiar experiencias y resultados que nos ayuden a mejorar.
En cada caso, es fundamental considerar las circunstancias económicas y las características de los respectivos sistemas de pagos, que son muy diversas a nivel global.
Por ejemplo, en Estados Unidos sería inconcebible que una tarjeta emitida en Nueva York no fuera aceptada en comercios de Los Angeles. Eso es justo lo que pasa hoy en día en Europa y nos conduce a tener una alta dependencia de proveedores de pago privados no europeos. El euro digital contribuiría a abordar esta situación.

Mayte Arráez González, jefa de la División de Diseño de Producto del Euro Digital en el Banco Central Europeo (BCE)
¿La implementación del Euro Digital nos permitiría contar con una moneda más sólida con respecto al dólar o la libra esterlina?
Un euro digital mejoraría nuestra autonomía estratégica y ofrecería a los ciudadanos europeos una opción de pago accesible en toda la zona del euro, haciendo del euro una moneda más atractiva y competitiva a nivel internacional.
¿Considera que el Banco de España está desarrollando correctamente los procesos para implementar el Euro Digital en España?
El Banco de España, al igual que todos los bancos centrales del Eurosistema, desempeña un papel fundamental en el desarrollo del euro digital. Participa activamente en todos los órganos de gobierno y en las decisiones relacionadas con el diseño y desarrollo del proyecto, aportando conocimientos clave basados en experiencias previas a nivel nacional. El sistema de pagos español es uno de los más avanzados en la zona euro, y las contribuciones de los actores españoles son altamente valoradas en el proyecto.
¿Cree que el Euro Digital supondrá un riesgo para el incremento de las crisis económicas o bancarias?
No. El euro digital está diseñado como método de pago para las necesidades diarias. Insinuar que podría desencadenar una crisis económica sería como sugerir que otros métodos digitales, como las transferencias bancarias, podrían colapsar, lo cual no es cierto.
Desde el inicio del proyecto, preservar la estabilidad financiera y bancaria en Europa ha sido una prioridad clave. Implementaremos límites a la tenencia de euros digitales para fomentar el uso del euro digital como método de pago. El BCE está trabajando con todos los bancos centrales y autoridades nacionales de la zona euro, así como con representantes del sector privado, para definir estos límites de manera detallada.
Además, mantenemos una colaboración regular con proveedores de pago europeos, incluidos los bancos, para diseñar un euro digital que beneficie a todas las partes involucradas. Los intermediarios jugarán un papel crucial en la distribución del euro digital, manteniendo la relación con los usuarios.
¿Cómo se imagina una UE una década después de implementar el Euro Digital?
Así como ahora nos parece inconcebible recordar los años en los que, antes de la introducción del euro, cada país tenía su propia moneda y teníamos que cambiar divisas para realizar transacciones entre nosotros, me gustaría que llegara el día en el que nos cueste recordar cómo vivíamos sin las ventajas que el euro digital aportaría a nuestras vidas diarias.
Gracias al euro digital, podremos hacer pagos digitales de manera fácil y segura en toda la zona euro con nuestras redes de familiares y amigos y/o para nuestras compras físicas u online, sin importar el país.
El euro no solo es nuestra moneda compartida, sino que también nos une y nos representa como europeos. Me encantaría ver cómo, a medida que avanzamos en la era digital, nuestro proyecto contribuye a hacer que todos nos sintamos como en casa, sin importar el país en el que nos encontremos dentro de la zona euro.
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