Marta Moreno, directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca España, destaca que la empresa apuesta por iniciativas que trascienden lo inmediato y donde cada acción, desde la reforestación hasta la creación de tratamientos de impacto ambiental casi nulo, se convierte en un eco de su compromiso con la vida. A través de iniciativas transformadoras, se busca no solo curar, sino también sanar el vínculo esencial entre el ser humano y su entorno.
AstraZeneca busca reducir su huella de carbono en un 50% para 2030 y un 90% para 2045. ¿Cómo logrará que estas reducciones sean sostenibles a largo plazo?
En AstraZeneca estamos comprometidos con una transformación eficiente y ambiciosa y para lograrlo integramos la sostenibilidad en el núcleo de todas nuestras operaciones. A través de nuestro proyecto Ambition Zero Carbon, que cuenta con el programa de reforestación AZ Forest, hemos adoptado un enfoque integral, basado en la ciencia y a largo plazo para lograr reducciones sostenibles y duraderas en nuestra huella de carbono.
Esta estrategia incluye la optimización de la eficiencia energética, el uso de energías renovables al 100% y la innovación tecnológica para desarrollar productos con impacto medioambiental nulo. También fomentamos la colaboración con socios estratégicos y aseguramos la integración de prácticas sostenibles en toda nuestra cadena. Complementamos estas iniciativas con inversiones en soluciones basadas en la naturaleza para compensar las emisiones residuales y adoptamos planes de resiliencia y continuidad del negocio para gestionar riesgos climáticos y transicionales.
Nuestra meta va más allá de reducir las emisiones. Queremos liderar un cambio sistémico que demuestre cómo la innovación y la sostenibilidad pueden convivir para construir un futuro más saludable para las personas y el planeta.

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La estrategia One Health se basa en la conexión entre salud humana, ambiental y sectorial. ¿Cuáles han sido los proyectos más exitosos y qué impacto han tenido?
La relación directa que existe entre el planeta y la salud de las personas es cada vez más evidente. Bajo este enfoque, desde AstraZeneca trabajamos estrechamente con sistemas de salud, gobiernos, agencias reguladoras, sociedades científicas y asociaciones de pacientes para impulsar la descarbonización del sector sanitario y avanzar hacia una asistencia médica net zero en emisiones.
Un ejemplo de este compromiso es la adhesión a la acción ‘Sanidad por el Clima’, la plataforma que agrupa a los actores del sector salud para acelerar la acción frente al cambio climático en el sistema sanitario a través de diferentes vías: disminuyendo la huella de carbono, fomentando la prevención y visibilizando la conexión entre la salud de las personas y la del planeta. En esta línea, colaboramos con entidades como ALCER y hospitales como La Paz y Son Espases, para reducir la huella de carbono en los procesos asistenciales de los centros hospitalarios. También estamos ayudando a diferentes sociedades científicas a calcular y compensar la huella de carbono de sus congresos, fomentando la conciencia ambiental entre profesionales de la salud.
Por otro lado, formamos parte de la Red Europea sobre Educación en Salud y Clima (ENCHE) impulsada por universidades líderes, entre las que se encuentra la Universidad de Barcelona y la de Navarra, para formar a 10.000 futuros médicos sobre el impacto climático en la salud y la atención sanitaria sostenible. A nivel comunitario, trabajamos en colaboración con el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), SIGRE y asociaciones de pacientes para impulsar la campaña ‘Yo te ayudo a respirar, tú me ayudas a reciclar’. Esta iniciativa, en la que ya participan más de 300 farmacias, busca fomentar el reciclaje de dispositivos inhaladores de manera sostenible y responsable.
Y más allá del sector de la salud, nuestro proyecto Ciudades que Inspiran, del que ya forman parte 10 municipios, tiene como objetivo mejorar la calidad del aire a través de la colaboración entre instituciones, ayuntamientos, sociedades científicas, asociaciones de pacientes y ciudadanos. Por otro lado, a través de nuestra iniciativa AZ Forest contribuimos a la reforestación y la mitigación del cambio climático a través de proyectos de triple: medioambiental, social y económico. En España nos hemos marcado el objetivo de llegar a los 70.000 árboles plantados en 2025.
En términos de sostenibilidad ambiental, ¿qué medidas están implementando para reducir el impacto en la cadena valor?
Hemos establecido un enfoque integral para reducir el impacto ambiental en nuestra cadena de valor, combinando innovación, colaboración y objetivos ambiciosos. Estamos invirtiendo en tecnología avanzada para optimizar procesos y reducir la huella de carbono en la producción de medicamentos. Esto incluye el uso de energías renovables al 100% en nuestras instalaciones y la adopción de principios de economía circular, buscando minimizar los residuos generados y maximizar el reciclaje. De este modo, queremos garantizar que cada paso que damos sea más respetuoso con el medio ambiente.
Trabajamos estrechamente con nuestros proveedores, estableciendo objetivos climáticos específicos que, alineados con la iniciativa SBTI, les permitan reducir sus emisiones y simplificar las demandas ambientales a lo largo de toda la cadena.
En concreto, en España, durante 2024 hemos conseguido que nuestra energía sea 100% renovable y desde el año 2019 hemos reducido un 30% las emisiones de C02. Recientemente, hemos inaugurado nuestras oficinas de Madrid, que se sitúan en un edificio construido con materiales reciclables, con un consumo casi nulo, con fuentes de energía renovable y eficientes en cuanto a consumo de agua.

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¿Cómo se combina la sostenibilidad con la innovación en el desarrollo de tratamientos?
En AstraZeneca queremos demostrar que es posible desarrollar soluciones que impacten positivamente tanto en la salud de los pacientes como en la del planeta. Por ello, integramos la innovación y la sostenibilidad en cada uno de nuestros procesos, alineados con nuestra misión de proporcionar una atención sanitaria más equitativa y responsable con el medio ambiente.
Este enfoque se apoya en el diseño de productos sostenibles que minimizan el uso de recursos naturales, reducen la demanda de químicos y agua, y generan menos residuos y emisiones, contribuyendo así a un menor impacto ambiental.
También, estamos impulsando la transición hacia tratamientos inhalados con un propulsor de impacto climático casi nulo, con lanzamientos previstos a partir de 2025, sujetos a aprobaciones regulatorias. En este sentido, hemos establecido alianzas estratégicas para explorar la eliminación del uso de papel en los prospectos de los medicamentos.
Más allá de minimizar el impacto ambiental de nuestros productos, entendemos que la sostenibilidad también requiere actuar de manera ética y responsable. Por ello, nuestra investigación clínica se centra en la equidad, garantizando la diversidad en los ensayos y diseñando programas inclusivos que sitúan al paciente en el centro, basados en datos y ciencia.
¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta AstraZeneca para cumplir con los objetivos de sostenibilidad en España?
El cumplimiento de las exigencias regulatorias es fundamental para avanzar hacia un modelo sostenible. En ocasiones, la coexistencia de diferentes estándares de medición puede plantear retos en su integración. Esto nos impulsa a buscar soluciones innovadoras que aseguren una implementación eficiente y alineada con nuestros objetivos.
Otro reto significativo es la integración de toda la cadena de valor en la sostenibilidad. Esto no solo implica diseñar medidas efectivas, sino también proporcionar formación y recursos tanto a las pequeñas como las grandes empresas con las que colaboramos. En este sentido, en AstraZeneca formamos parte del consejo de la Cátedra San Telmo en Sostenibilidad, donde trabajamos para que las empresas con una menor preparación puedan beneficiarse de buenas prácticas y avanzar en sus propios objetivos.
Como multinacional, también enfrentamos la complejidad de adaptar las iniciativas globales a los contextos locales. Los procesos que «cascadean» desde el nivel global hacia las filiales pueden requerir tiempo para que tengan un impacto tangible en cada región. En España, hemos dado un paso crucial al desarrollar nuestra propia estrategia de sostenibilidad y una memoria de resultados, guiados por un comité asesor interno y otro externo. Estos comités garantizan que las líneas globales se alineen con las necesidades locales, generando un impacto positivo en todos nuestros stakeholders.

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En su colaboración con el SNS, ¿cómo evalúan el impacto financiero y sanitario de sus intervenciones en términos de prevención y manejo de enfermedades de alto costo?
En nuestra colaboración con el Sistema Nacional de Salud (SNS), evaluamos el impacto de nuestros tratamientos y nuestras intervenciones desde una perspectiva integral, enfocándonos tanto los resultados en salud como el valor social, así como su contribución a las sostenibilidad económica y medioambiental.
Un ejemplo es el de la enfermedad renal crónica (ERC), que representa un desafío significativo para el SNS, con un coste anual estimado en 3.400 millones de euros, cifra que podría duplicarse para 2032 si no se implementan estrategias preventivas efectivas. El diagnóstico temprano y las intervenciones en las fases iniciales de la enfermedad son fundamentales para evitar la progresión hacia la terapia renal sustitutiva, lo que no solo mejora sustancialmente la calidad de vida de los pacientes, sino que también permite ahorrar alrededor de 400 millones de euros anuales al SNS. Este enfoque tiene, además, un impacto positivo en la sostenibilidad ambiental, reduciendo entre 51.000 y 63.000 toneladas de CO₂eq al año, y mitigando así el cambio climático.
Los beneficios medioambientales adicionales incluyen una menor utilización de recursos como agua y energía, una disminución en la generación de residuos clínicos, la reducción de desplazamientos de pacientes, un impacto menor en la cadena logística y una menor contaminación de aguas residuales. Estas acciones consolidan un enfoque preventivo que no solo alivia la carga financiera del SNS, sino que también promueve un modelo de salud más sostenible y resiliente.
Su colaboración con la AEMPS incluye participación en iniciativas como el proyecto de prospecto electrónico (ePIL). ¿Qué ahorros en papel y costos han calculado que podrían lograrse en la próxima década?
Nuestra colaboración con la AEMPS en el proyecto del prospecto electrónico (ePIL) se alinea con nuestro compromiso de reducir nuestra huella ambiental y avanzar hacia la descarbonización del sector en España. Este proyecto, iniciado por la AEMPS en 2022, busca eliminar el uso del prospecto en papel y facilitar el acceso electrónico a la información de los medicamentos. Desde AstraZeneca nos unimos a esta iniciativa en 2023, introduciendo el ePIL en varios de nuestros medicamentos de administración hospitalaria.
El programa piloto sustituye el prospecto en papel de los medicamentos hospitalarios por un por un código datamatrix accesible en formato electrónico. Gracias a este cambio, se ha reducido significativamente el uso de papel y los residuos asociados, contribuyendo a una gestión más sostenible y eficiente de los recursos.
Respecto a los ahorros estimados, en una década prevemos evitar la tala de aproximadamente 554 árboles, lo que representa una contribución directa a la preservación de recursos naturales. Además, se calcula que cada año podremos reducir una tonelada de papel, evitando el desperdicio de millones de prospectos que terminan desechados sin ser leídos. Este avance no solo es positivo a nivel ambiental, sino que también garantiza que pacientes y profesionales sanitarios accedan a la información más actualizada de manera ágil y digital.

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España ha sido reconocida por sus avances en sostenibilidad. ¿Cómo planean escalar las lecciones aprendidas en este país hacia otros mercados donde operan?
España se ha consolidado como un referente en sostenibilidad, y en AstraZeneca trabajamos para ser un actor clave en este liderazgo. Hemos sido reconocidos con el triple sello MITECO «Calculo, reduzco y compenso», que respalda nuestros esfuerzos por medir, reducir y compensar las emisiones de carbono. También nos hemos unido al Pacto por la Biodiversidad y el Capital Natural, implementando evaluaciones continuas que nos permiten identificar y mitigar nuestro impacto ambiental a lo largo de toda la cadena de valor.
Colaboramos estrechamente con nuestros equipos internacionales y filiales locales para compartir las mejores prácticas a través de programas internos de formación y plataformas de intercambio de conocimiento. Este enfoque fomenta la transferencia de soluciones innovadoras y sostenibles entre mercados, en un flujo bidireccional: no solo exportamos estrategias desarrolladas en España, sino que también adoptamos aprendizajes exitosos de otras regiones para enriquecer nuestras iniciativas locales desde una perspectiva global.
Asimismo, priorizamos alianzas estratégicas con gobiernos, sistemas de salud y otros actores clave para adaptar nuestras iniciativas a las necesidades específicas de cada territorio y maximizar su impacto. De este modo, las estrategias que diseñamos en España no solo sirven como modelo global, sino que se nutren de aprendizajes internacionales, reforzando nuestro compromiso con un futuro más sostenible en todas las regiones donde operamos.
Estas acciones reflejan nuestro compromiso con un modelo de desarrollo sostenible, enfocado no solo en reducir nuestra huella ecológica, sino también en preservar el entorno natural para las futuras generaciones.
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