Más que raras, tierras sangrientas

Somos Aclara

Podríamos llamarlo un oxímoron. El camino hacia la  transición ecológica hace inevitable toparse con importantes contradicciones que ponen en riesgo su desarrollo. El Parlamento y el Consejo de la UE están cerca de alcanzar un acuerdo en el marco de la nueva medida de la  Unión sobre la diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (la llamada corporate due diligence).

Análisis a fondo del asunto

La cuestión no está exenta de polémica, entre otras  cosas, porque podría contradecirse con otros objetivos  de la UE, como el que hace hincapié en el suministro  necesario de materias primas o tierras raras. El objetivo  de Bruselas es obligar a las empresas a respetar los derechos humanos y el medio ambiente a lo largo de toda la  cadena de valor mundial, con el punto de mira especial mente puesto en el trabajo infantil, la esclavitud, la contaminación o la mala gestión de los residuos.

En otras  palabras, las empresas tendrán que integrar el deber de esos, humanos queda francamente en entredicho.  Las reservas mundiales de tierras raras son de aproximadamente 120 millones de toneladas, distribuidas en  no más de 20 países. Los estados que albergan el mayor  número son principalmente los BRICS, es decir, Brasil,  Rusia, India, China y Sudáfrica, los mismos a los que  se asocia en los análisis económicos el significativo aumento de sanciones contra las incumplidoras. Algunos expertos  señalan el riesgo de que la nueva directiva contradiga el reglamento recientemente aprobado de desarrollo del suministro de tierras raras. Muchas de estas materias primas proceden de terceros países, donde el respeto de los derechos medio ambientales desaparece.

La reserva de metales

Según los estudios actuales  y los yacimientos activos, China no solo va a la cabeza  en cantidad, sino también en número de explotaciones  mineras. En este sentido, Pekín cuenta con nueve de los  yacimientos más activos en extracción de minerales de  bastnasita, laterita y xenotita, con elementos como el  lantano (La), el cerio (Ce), el praseodimio (Pr), el neo dimio (Nd), el samario (Sm), el europio (Eu), el gado linio (Gd), el terbio (Tb), el disprosio (Dy), el holmio  (Ho), el erbio (Er), el tulio (Tm), el iterbio (Yb), el lutecio tiempo  que perdimos el zinc.

El aluminio lleva años en mínimos históricos, con menos de 20.000 toneladas alma cenadas. El cobre es patrimonio chino, ya que el país  posee el 93% de las existencias mundiales. En cuanto al  litio, imprescindible para las baterías, cabe decir que está  mejor repartido. Ahora bien, ello no quita que China  haya consolidado su dominio en el sector del refinado  (y la minería), tras hacerse con buena parte de las con cesiones en África y América Latina, los dueños natura les de estas tierras. Aunque lo que realmente preocupa  a la UE, es lo que está ocurriendo en Londres, porque  los inventarios de metal en los almacenes de la Bolsa de  

Metales de Londres siguen en mínimos. Nos referimos  a la plataforma de negociación de metales, un mirador  privilegiado de lo que está ocurriendo. Por el contrario,  en los almacenes de Singapur y Malasia ha habido un  importante desembarque de metal. 

El objetivo europeo

Por eso Europa quiere construir su propia soberanía.  Pero quizá solo pueda hacerlo invirtiendo más en reciclaje porque, de hecho, esos metales ya están en nue stros coches, electrodomésticos u ordenadores. Un estudio de The European House – Ambrosetti calcula que de  los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos pueden obtenerse más de 55,5 millones de toneladas de materi as primas esenciales.

Por sus características inherentes,  las tierras raras se están convirtiendo en el secreto sucio  de la transición ecológica. Su extracción tiene un im pacto devastador en el medioambiente, además de men guar la calidad de vida de las comunidades locales. La  extracción de metales críticos en China, la del cobalto  en la República Democrática del Congo, y la del litio en  Latinoamérica (Chile tiene niveles de contaminación al tísimos), chocan con la resistencia de las población.

Para leer más, consulta nuestra edición de mayo de la Revista Business People.

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