La Comisión Europea está lista para elevar el tono en la disputa comercial con Estados Unidos por aranceles.
Bruselas propondrá la próxima semana una nueva ronda de aranceles, en respuesta directa a la amenaza de Washington de imponer un 20% sobre todas las importaciones procedentes de la Unión Europea y un 25% específico para automóviles y componentes europeos.
Este nuevo paquete entrará en vigor, si no se logran avances significativos en las negociaciones antes de mayo,
Las medidas buscan ser “proporcionales y firmes”, aunque el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, advirtió que el impacto podría no alcanzar los 26.000 millones de euros previstos inicialmente.
Bruselas mantiene abiertas otras vías de presión, como el mecanismo de defensa frente a coerciones económicas extranjeras, todavía sin estrenar, diseñado para proteger la autonomía europea frente a presiones como las que intenta ejercer la Casa Blanca.
“Todas las opciones están sobre la mesa”, reiteró Sefcovic tras una reunión extraordinaria de ministros en Luxemburgo.
Pese al endurecimiento del discurso, la Comisión Europea hizo una concesión clave en su estrategia, decidió retirar el bourbon, los vinos y los productos lácteos estadounidenses de la lista inicial de represalias.
Esta exclusión no es menor: responde a las presiones de países como Francia, que advirtieron que Donald Trump podría responder con aranceles del 200% a productos icónicos como el champagne o el vino europeo.
“Escuchamos muy atentamente a las capitales”, explicaron desde los servicios comunitarios.
La preocupación de París pesó en la decisión, que busca evitar una escalada descontrolada en sectores especialmente sensibles para varios Estados miembro.
Aun así, la lista sigue incluyendo decenas de productos: maíz dulce, arroz, cigarros, componentes de automóviles y pantalones vaqueros, entre otros.
Europa dialoga con China para sortear aranceles
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, intensificó contactos diplomáticos para buscar aliados ante la ofensiva comercial de Trump.
En una conversación telefónica con el primer ministro chino, Li Qiang, Von der Leyen abogó por una respuesta negociada y coordinada.
“Es necesaria la estabilidad y la previsibilidad para el buen funcionamiento de la economía global”, afirmó.
Von der Leyen propuso establecer un mecanismo de supervisión conjunta con China para evitar desvíos comerciales que puedan surgir por los aranceles de EEUU.
En su opinión, tanto la UE como China —dos de los principales mercados globales— tienen la responsabilidad de sostener un “sistema comercial fuerte, reformado, libre y justo”.
En este tablero de tensión global, Bruselas intenta equilibrar la firmeza con la diplomacia, mientras espera que Washington dé señales claras de querer evitar una guerra comercial sin retorno.
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