El euro ha experimentado este lunes su peor jornada frente al dólar desde mayo, con una caída cercana al 1%, hasta situarse en 1,1626 dólares, tras el anuncio del nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea. Este revés pone fin a una racha de apreciación de la divisa europea, que en junio llegó a rozar los 1,18 dólares y acumula una revalorización superior al 10% en lo que va de año.
Del entusiasmo al escepticismo
Aunque los mercados comenzaron la jornada con tono positivo, el optimismo se disipó rápidamente al conocerse los detalles del acuerdo, que algunos expertos consideran desequilibrado en favor de EE. UU..
“Europa evitó el desastre, pero se encerró en un pacto desequilibrado y de alto riesgo, sin una vía clara de salida. Estados Unidos exprimió hasta la última gota de ventaja”, afirma Nigel Green, CEO del grupo de asesoría financiera deVere Group.
Impacto económico
Según cálculos de Pacific Investment Management, el nuevo marco arancelario podría restar casi un punto porcentual al crecimiento económico de la eurozona en los próximos trimestres, afectando directamente a la inversión empresarial y al sentimiento económico.
Aunque el impacto exacto es aún difícil de medir, Nicola Mai, economista de la firma, advierte que la incertidumbre en política comercial ya está empezando a afectar el comportamiento empresarial.
Factores adicionales de presión
La caída del euro se produce también en un contexto en el que los inversores anticipan una semana clave en EE. UU., con la próxima reunión de la Reserva Federal (Fed) y nuevos datos de inflación y empleo.
Los analistas de ING prevén que, si la Fed mantiene su postura firme frente a los recortes de tipos, el euro podría bajar incluso por debajo de 1,1600 dólares.
Perspectivas de largo plazo
A pesar de la caída, algunos gestores siguen viendo valor en la divisa europea.
© Reproducción reservada“Todavía hay potencial en el euro y somos bastante positivos con los mercados europeos”, afirman los estrategas de Schroders. Consideran que el ajuste actual puede explicarse por una búsqueda de diversificación más que por una debilidad estructural.