Aunque el Gobierno sigue destacando los buenos resultados económicos a corto plazo, las previsiones que Moncloa ha enviado a Bruselas reflejan una visión más prudente para los próximos siete años. En el plan fiscal remitido este mes a la Unión Europea, el Ejecutivo proyecta una notable desaceleración del crecimiento a partir de 2027, con una tasa del PIB estancada alrededor del 1%. Esta estimación apunta a una economía menos dinámica en el largo plazo.
Según el documento, el crecimiento seguirá siendo sólido hasta 2026, con un ritmo de cerca del 2%, pero comenzará a moderarse después. Estas proyecciones están basadas en el modelo EUCAM de la Comisión Europea, que utiliza datos históricos y proyecciones de la población activa de Eurostat. Desde el ministerio de Economía explican que la “forma en V” en las previsiones del PIB responde a la combinación de distintas metodologías y a limitaciones en las estadísticas europeas que modelan los escenarios a medio plazo.
Habrá una desaceleración en España después de 2024
Incluso las previsiones a corto plazo ya empiezan a sugerir una desaceleración. El Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipa que el crecimiento de España se ralentizará después de 2024, cuando el país alcanzaría un 2,9% de crecimiento, superando la media de la eurozona. En 2025, sin embargo, el FMI prevé una reducción del ritmo hasta el 2,1%, en línea con las previsiones del plan fiscal.
Tras el impulso inicial derivado de la reforma laboral, el FMI ha señalado la baja productividad como el principal reto económico de España en los próximos años. La directora del organismo, Kristalina Gueorguieva, resaltó la importancia de estimular la productividad mediante reformas estructurales para asegurar un crecimiento sostenido.
De cara al futuro, el plan de la Moncloa deposita la esperanza de crecimiento en una serie de medidas incluidas en el Plan de Recuperación, así como en otras reformas que el Gobierno tiene previsto implementar en los próximos meses. Estas iniciativas, hasta un total de 12, podrían contribuir con 3,3 puntos al PIB de aquí a 2031. El plan parte de la premisa de que reformas ya en vigor, como la de las pensiones y la laboral, continuarán aportando valor añadido a medio plazo.
Nuevas medidas del Gobierno y un impacto económico positivo
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que incluye hitos clave para la economía, prevé un impacto positivo de 1,6 puntos. Además, el Gobierno se ha comprometido a implementar nuevas medidas que le permitan extender su estrategia de ajuste a siete años, en lugar de los cuatro habituales.
Entre estas medidas destaca una reforma del reglamento de extranjería prevista para 2025. La iniciativa pretende simplificar la homologación de títulos y flexibilizar los requisitos de regularización para inmigrantes, facilitando permisos de trabajo y residencia. Moncloa espera que esta medida contribuya con tres décimas al PIB potencial hasta 2031.
Otras iniciativas en el calendario legislativo incluyen el impulso a la vivienda asequible a través de la Sareb, una actualización del Plan Estratégico del ICO, y un avance en la digitalización administrativa para simplificar trámites y estandarizar requisitos en todas las comunidades autónomas, lo que podría añadir una décima al crecimiento.
Sin embargo, muchas de estas reformas dependen de acuerdos políticos en un contexto de tensiones entre el Ejecutivo, la oposición, los grupos parlamentarios y las Comunidades Autónomas.
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