España deberá recortar unos 15.000 millones de euros anuales para rebajar su deuda

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Esa es la petición que desde el pleno del Parlamento Europeo se ha traslado al Gobierno de Pedro Sánchez. Las nuevas reglas fiscales se basan en la reforma de la gobernanza económica, debiendo así los países cumplir con un límite de déficit del 3% sobre el PIB y una deuda del 60% sobre el PIB.

La apuesta, apoyada por la izquierda y los verdes, obliga a España a rebajar en 15.000 millones de euros anuales su deuda. De este modo, se conseguiría crear unas reglas fiscales más realistas y aplicables, con más margen para las inversiones, pero sin descuidar los planes individualizados para cada país a cuatro años. Ahora serán extensibles a siete años.

Ahora tocará esperar a la ratificación por parte del pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo el próximo 29 de abril. Los Estados miembros deberán remitir sus primeros planes de ajuste plurianuales antes del 20 de septiembre de 2024.

En este sentido, el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha enfatizado que las nuevas reglas fiscales tienen como finalidad reducir los altos niveles de deuda y déficit de forma gradual y sostenible,  al tiempo que da espacio para las políticas contracíclicas e incentiva las reformas e inversiones.

Las claves del acuerdo

El nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento supondrá un control a la fiscalidad de los países y una vuelta a la austeridad, según Philippe Lamberts, eurodiputado de los Verdes. Hay que recordar que la pandemia obligó a la UE a suspender las reglas fiscales, retomándose este año de manera transitoria. Será en 2025 cuando se establezca el nuevo periodo de aplicación de la reforma.

De este modo, se suprime el requisito del anterior Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el cual fija una reducción anual de la deuda para los países que superasen los niveles del 60% del PIB en un veinteavo anual. No obstante, no deberán superarse el 60% y el 3% sobre el PIB, en caso de déficit.

Alemania sale beneficiada, pese a los intentos de Francia, Italia o España de obtener una mayor flexibilidad. Esto incluye una mayor protección para reducir los niveles de pasivo. Y es que los Estados miembros con niveles superiores al 90% sobre el PIB deberán realizar un ajuste anual del 1%. La cifra será del 0,5% si están en la horquilla entre el 60% y el 90% del PIB.

Hay que tener en cuenta que se fortalecen los procedimientos por déficit excesivo con sanciones económicas más efectivas. Y es que las anteriores reglas fiscales no solo probaron ser poco realistas, sino que las sanciones nunca se llegaban a aplicar por ser demasiado elevadas.

La situación de España

En 2023, los niveles de deuda del país se situaron en el 107,7%. Las previsiones de otoño estiman que descenderán durante 2024 al 106,5%, manteniéndose la cifra en el año 2025. Al posicionarse por encima del umbral del 90% sobre el PIB, el Ejecutivo español deberá realizar un ajuste del 1%.

Siempre con la premisa de crear un salvavidas que les permitiese alcanzar el objetivo de déficit del 1,5%. Para ello, habrá que partir de un ajuste anual del 0,4% en los planes a cuatro años y del 0,25% en los planes a siete años.

España es consciente que se centra en el gasto primario neto, ya que es el indicador a tener en cuenta por las nuevas normas fiscales. De lo contrario, se enfrentaría a un nuevo sistema de multas desde el 0,05% del PIB.

El nivel de deuda en España se sitúo en el 107,7% a cierre de 2023 y las nuevas reglas fiscales exigen que se reduzcan en 14.000 millones al año, el equivalente al gasto en defensa.

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