El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha dejado abierta la posibilidad de que el Gobierno español respalde una alternativa nacional a la entrada del grupo húngaro Magyar Vagon en Talgo, el fabricante de trenes. Esta declaración llega después de que el Gobierno expresara su rechazo inicial a la entrada de los inversores húngaros en la compañía.
Puente ha manifestado estar a la espera de otros actores, inversores y fabricantes, que entren en juego, mientras observan con cautela la oferta pública de adquisición (OPA) presentada por Magyar Vagon. También Trilantic, socio mayoritario de Talgo, ha estado en conversaciones con la empresa suiza Stadler para una posible contraoferta.
Consultado sobre la posibilidad de un cambio en el capital de Talgo liderado por una compañía española para evitar la entrada de inversores húngaros, el ministro expresó que están considerando esa opción, dejando así la puerta abierta a un posible respaldo del Gobierno a este nuevo socio. «Esa alternativa se puede constituir sin el auspicio del Gobierno de España, pero si hubiera que auspiciarla, valoraríamos hacerlo«, afirmó Puente.
El ministro reiteró la importancia estratégica de Talgo, tanto por su tecnología como por su contribución al prestigio de las empresas españolas en el ámbito internacional. Reconoció que Talgo es más pequeña en comparación con otros fabricantes presentes en España, pero destacó su importancia histórica, su tecnología crítica y su origen español, factores que considera esenciales de proteger y en los que el Gobierno está dispuesto a intervenir.
La posibilidad de que el Gobierno entre en el capital de Talgo a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) lleva semanas en discusión, similar a operaciones previas como la ejecutada con la entrada de la empresa saudí STC en Telefónica.
Puente también expresó dudas sobre la capacidad industrial de Magyar Vagon para satisfacer las necesidades de producción de Talgo, señalando que las fábricas en Hungría podrían no tener la capacidad requerida. Reconoció que Talgo enfrenta un problema con su capacidad de producción y la necesidad de aumentarla para atender los numerosos pedidos que tiene.
Finalmente, el ministro enmarcó el veto a Magyar Vagon en el contexto geopolítico, destacando que Talgo posee tecnología estratégica, especialmente en términos de movilidad militar, lo que hace que la situación sea aún más delicada dada la sensibilidad del material en un contexto geopolítico complicado.
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