El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaría dispuesto a establecer un arancel mínimo del 15% al 20% sobre los productos importados desde la Unión Europea (UE), según reveló el Financial Times, citando a tres personas cercanas a las negociaciones.
Según las fuentes, Trump no se habría mostrado receptivo ante la última oferta de Bruselas para reducir los aranceles sobre automóviles, y estaría decidido a mantener el gravamen actual del 25% sobre esos productos. Un funcionario estadounidense citado por el diario británico afirmó que la Administración está considerando aranceles recíprocos superiores al 10%, incluso si se alcanzara un acuerdo con la UE.
Mientras tanto, el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, trasladó a los embajadores de la UE una evaluación pesimista de sus recientes contactos con Washington, lo que refuerza la percepción de que las negociaciones se encuentran en un punto crítico.
La estrategia de Trump apunta a presionar a la UE antes de la fecha límite del 1 de agosto, cuando el mandatario anunció que impondría un arancel del 30% a todas las importaciones europeas si no se alcanza un nuevo pacto. Esta medida colocaría a Bruselas en una situación delicada, dado que busca mantener un arancel base del 10% para la mayoría de los productos.
Por su parte, la UE ha advertido de represalias, aunque existen divisiones internas sobre la adopción de contramedidas. En cualquier escenario, podría verse forzada a aceptar un arancel base superior al 10% en un eventual acuerdo.
Actualmente, Estados Unidos aplica aranceles del 50% sobre el acero y el aluminio europeos, y ya ha amenazado con hacer permanentes los nuevos aranceles propuestos. Estos afectarían directamente a los 380.000 millones de euros en exportaciones anuales de la UE hacia EE. UU., que representa su mayor mercado único, con una cuota del 20% de sus exportaciones totales.
Como respuesta, la Comisión Europea ha preparado un conjunto de contramedidas que incluyen gravámenes sobre 21.000 millones de euros en productos estadounidenses —como pollo y vaqueros— que entrarían en vigor el 6 de agosto. Además, se contempla una segunda lista que cubriría 72.000 millones de euros en productos, incluyendo aviones Boeing y bourbon, y una tercera que afectaría a servicios digitales y publicidad en línea.
El pulso comercial entre Washington y Bruselas marca un nuevo episodio de tensión internacional con consecuencias directas sobre el comercio transatlántico y el equilibrio económico global.
© Reproducción reservada