ACS está valorando vender parte o toda la división de transportes de su filial australiana UGL. Así lo apunta la prensa de Australia, que dice que el grupo que lideran Florentino Pérez (presi) y Juan Santamaría (CEO) ha contratado a Macquarie Capital para asesorar esta operación, que podría rondar los 1.000 millones de dólares australianos (unos 570 millones de euros).
El objetivo principal con esta venta sería seguir avanzando en la estrategia de ACS de reducir deuda, un movimiento que en las grandes empresas de infraestructuras no es raro.
La división de transportes de UGL está muy enfocada en todo lo que tiene que ver con infraestructuras ferroviarias y material rodante: desde construir y mantener trenes hasta llevar el mantenimiento de miles de convoyes. Para que te hagas una idea, llevan hechos más de 11.000 vagones y mantienen 3.000 convoyes. Sus clientes principales son los gobiernos estatales australianos, y se sitúan como uno de los grandes jugadores del sector, sólo por detrás de Downer. Además, sus números muestran una evolución positiva en rentabilidad.
La posible venta de la filial de ACS puede ser por reclamaciones legales
Según The Australian, esta posible venta estaría motivada por la necesidad que tiene la filial australiana de ACS, Cimic, de hacer frente a ciertas reclamaciones legales relacionadas con algunas obras que están en marcha en Australia.
Por si no lo sabías, UGL es una ingeniería que trabaja en energía, transporte y minería, y en 2016 Cimic la compró tras una opa por el 86,16% que no controlaba, pagando 525 millones de dólares australianos (356 millones de euros por aquel entonces).
Para ponerlo en contexto, la unidad de transporte de UGL genera alrededor de 1.500 millones de dólares australianos en ingresos (unos 853 millones de euros) y más de 100 millones de dólares australianos en beneficios (57 millones de euros).
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