El Banco Central Europeo (BCE) afronta su primera reunión de 2025 con la expectativa de un recorte de 25 puntos básicos en los tipos de interés.
La cita, programada para el 30 de enero, marca un paso más en el ciclo de flexibilización monetaria iniciado en 2024, en un esfuerzo por contrarrestar la desaceleración económica de la eurozona.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, adelantó recientemente que el organismo mantiene un enfoque decidido para alcanzar el objetivo de inflación del 2%.
Aunque la inflación general en la eurozona repuntó en diciembre al 2,4% y la tasa subyacente se mantuvo en el 2,7%, el BCE parece considerar estos incrementos como temporales y no un obstáculo para continuar con los recortes.
La expectativa sobre el Banco Central Europeo
Analistas como los de Danske Bank prevén que el BCE llevará el tipo de interés oficial al 2,75% tras esta reunión, como parte de un plan que podría extenderse hasta junio, con reducciones sucesivas en cada encuentro.
Estas medidas buscan suavizar las condiciones financieras en una eurozona que enfrenta una combinación de crecimiento económico débil y presiones inflacionarias contenidas.
El panorama económico europeo también está marcado por datos clave que se conocerán en los próximos días, como el PIB de países como Francia, Italia y España, así como la confianza empresarial y del consumidor en la región.
Estos indicadores serán fundamentales para calibrar los próximos pasos de la política monetaria del BCE.
En paralelo, expertos como los de TD Securities anticipan que la conferencia de prensa de Lagarde será crucial, ya que se esperan revisiones a la baja en las previsiones de crecimiento e inflación.
Este contexto moderado podría reforzar el compromiso del BCE con un enfoque flexible para mantener la estabilidad económica.
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