Bank of America (BofA) mantiene su previsión de que el Banco Central Europeo (BCE) llevará a cabo nuevos recortes en los tipos de interés, aunque la incógnita reside en el momento en que se producirán.
Para Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de BofA para Europa, “es más una cuestión de ‘cuándo’ que de ‘si’”.
El experto subraya que la relajación monetaria no será sencilla y se desarrollará de forma “lenta, ruidosa y peligrosa”.
Según explica, la acumulación de pequeñas noticias y la presión de los mercados podrían adelantar los movimientos del BCE, aunque el proceso estará marcado por la incertidumbre.
La entidad también cuestiona la previsión oficial del BCE, que sitúa la inflación en el 1,9% en 2027. Para Segura-Cayuela, los riesgos son asimétricos y una sucesión de señales a la baja podría alejar esa cifra del objetivo del 2% y forzar una respuesta anticipada.
“El BCE no quiere necesariamente reaccionar ante pequeñas desviaciones, pero habrá que ver qué entiende por ‘mínimo’ en su seno”, apunta.
Las proyecciones del Bank of America
Los indicadores propios de Bank of America muestran avances en la desinflación: la medida subyacente intermensual ajustada por estacionalidad se mantuvo en agosto en línea —o ligeramente por debajo— del ritmo compatible con la meta del BCE.
Al excluir factores volátiles como las tarifas aéreas y los paquetes vacacionales, los datos reflejan una desaceleración por debajo de lo necesario para converger al 2%.
BofA advierte de que elementos como los movimientos en los tipos de interés reales o en el euro podrían seguir presionando la inflación a la baja, situándola incluso en el 1,8% para 2027.
Asimismo, cuestiona la inclusión en las proyecciones del BCE del nuevo Régimen de Comercio de Derechos de Emisión 2 (ETS2), cuyo diseño aún genera incertidumbre, y que explicaría por qué la previsión de 2027 supera la de 2026.
En su escenario central, BofA contempla dos recortes de 25 puntos básicos, previstos para diciembre y marzo. Sin embargo, advierte de un riesgo operativo: si el BCE retrasa demasiado la decisión, cuando actúe podría quedarse “estancado”, comprometiendo la normalización monetaria esperada para finales de 2027.
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