El grupo químico alemán BASF ha informado de una caída del 50,6% en su beneficio neto durante el primer semestre de 2025, hasta los 887 millones de euros, frente a los 1.796 millones registrados en el mismo periodo de 2024. La compañía atribuye este descenso al impacto de la incertidumbre geopolítica, en especial a la volatilidad de los aranceles internacionales.
Durante los primeros seis meses del año, las ventas globales de BASF sumaron 33.171 millones de euros, lo que supone una disminución del 1,5% interanual, impulsada principalmente por la evolución negativa de precios en cuatro de sus seis segmentos de negocio.
Caída generalizada en los segmentos clave
Por líneas de actividad, las ventas en el negocio químico retrocedieron un 5,8%, situándose en 5.279 millones de euros. El segmento de materiales cayó un 2,4% (6.690 millones), mientras que las soluciones industriales disminuyeron un 5% (4.428 millones). Las divisiones de nutrición y agricultura también vieron reducciones del 1,7% (3.337 millones) y 0,3% (5.401 millones), respectivamente. El único aumento se registró en el segmento de superficies, con un alza del 4,8% hasta alcanzar los 6.418 millones.
Retroceso regional y leve avance en Asia
Por regiones, Europa registró una caída del 1% en las ventas (13.965 millones), mientras que en Norteamérica la disminución fue del 3,7% (9.381 millones). En Sudamérica, África y Oriente Próximo, la contracción alcanzó el 5,9% (1.808 millones). En contraste, la región Asia-Pacífico experimentó un leve repunte del 1,5%, con especial dinamismo en China, donde los ingresos aumentaron un 4,5% hasta 4.573 millones.
Segundo trimestre especialmente débil
Entre abril y junio, el beneficio neto trimestral de BASF se desplomó un 81,6%, quedando en apenas 79 millones de euros. En ese mismo periodo, las ventas trimestrales fueron de 15.769 millones, un 2,1% menos que el año anterior.
Previsiones revisadas a la baja
Ante la persistente incertidumbre macroeconómica y geopolítica, la multinacional ha revisado sus previsiones para 2025. BASF ahora espera un EBITDA ajustado de entre 7.300 y 7.700 millones de euros, por debajo del rango anterior de 8.000 a 8.400 millones. También anticipa un flujo de caja libre de entre 400 y 800 millones de euros, frente a los objetivos previos más ambiciosos.
La compañía advierte que la desaceleración del PIB mundial y de la producción industrial global afectarán negativamente la demanda de productos químicos, especialmente en el sector ‘upstream’, donde los márgenes continúan presionados por la alta disponibilidad de productos.
Impacto indirecto de los aranceles
Aunque BASF afirma que su estrategia de producción local ha limitado el impacto directo de los nuevos aranceles estadounidenses, reconoce que los efectos indirectos sobre la demanda y los precios aún no se pueden evaluar completamente. La multinacional señala la imprevisibilidad de decisiones gubernamentales en EE. UU. y las posibles contramedidas de otros países como factores clave de la actual volatilidad.
© Reproducción reservada«Gracias a nuestra estrategia global de atender a nuestros clientes mediante la producción local en sus respectivos mercados, el impacto directo de los aranceles sigue siendo limitado», concluyó la compañía, aunque reiteró su cautela ante la alta incertidumbre global.