Bilbao está a punto de vivir el mayor evento de su historia reciente: la Final de la UEFA Europa League 2025, que se celebrará mañana, 21 de mayo, en San Mamés. Aún es pronto para calcular su impacto económico, pero el efecto ya se nota por toda la ciudad.
Se espera la llegada de 30.000 británicos con entrada, a los que se sumarán miles más de aficionados del Manchester United y el Tottenham, que aunque no tienen entrada, vienen a empaparse del ambiente futbolero.
El alcalde, Juan Mari Aburto, ya ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para que eviten el coche, anticipando problemas de colapso en el tráfico. Las zonas más afectadas no serán solo los alrededores de San Mamés, sino también las fan zones de Amezola y el parque Etxebarria, el centro de la ciudad y las conocidas siete calles.
El aeropuerto de Bilbao al límite
El aeropuerto de Loiu está al límite. No solo los vuelos regulares están llenos (y caros), sino que hay 160 vuelos chárter adicionales y se han triplicado los vuelos privados respecto a la cumbre industrial de 2021, llegando a 174 jets entre hoy y el jueves.
Hoteles y alojamientos turísticos ya están prácticamente llenos, no solo en Bilbao, sino también en ciudades cercanas como Vitoria, Donostia o Santander. Y, como era de esperar, los precios se han disparado.
Bares y restaurantes no se han quedado atrás. Refuerzan sus reservas con toneladas de cerveza y comida, preparándose para un auténtico boom de clientes durante los próximos días.
Pero más allá del impulso inmediato al turismo, hostelería y transporte, la Diputación Foral de Bizkaia insiste en que el verdadero valor está en posicionar Bilbao como sede de grandes eventos internacionales. Este partido es otro paso adelante tras acoger la Final de la Europa League femenina en 2024 y el Tour de Francia en 2023.
La clave ahora es la seguridad. Este evento representa un desafío mayor por su magnitud y complejidad, y será la verdadera “prueba de fuego” para Bilbao.
Aunque habrá que esperar unos meses para conocer el impacto real, desde la Diputación apuntan a que podría superar los 127 millones de euros generados por el Tour y la final femenina juntos.
© Reproducción reservada