Donald Trump vuelve a encender la mecha del proteccionismo, y esta vez apunta directo a las salas de cine. El presidente, ha anunciado en Truth Social que impondrá un arancel del 100% a todas las películas producidas fuera de EE. UU., como parte de su nueva cruzada para “salvar” el cine nacional.
“¡QUEREMOS CINE HECHO EN ESTADOS UNIDOS, OTRA VEZ!”, soltó Trump en mayúsculas, en uno de esos posts marca de la casa.
Según él, la industria cinematográfica estadounidense “está muriendo rápidamente” porque otros países ofrecen incentivos que están alejando a los estudios de Hollywood. A cargo de llevar a cabo la medida estarán Howard Lutnick, desde el Departamento de Comercio, y Jamieson Greer, al frente de la Oficina del Representante Comercial.
¿Una ayuda o un tiro en el pie de Donald Trump?
Aunque Trump asegura que esto “protegerá a Hollywood”, expertos en comercio no lo ven tan claro. William Reinsch, ex alto funcionario del sector y analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, advierte de que las represalias pueden ser brutales.
“Tenemos mucho más que perder que ganar”, dijo a Reuters. Especialmente si los países afectados responden con la misma moneda.
Y es que la situación no es menor: la producción en Los Ángeles ha caído un 40% en la última década, según datos de FilmLA, y en el primer trimestre de este año, los rodajes han bajado otro 22% por culpa de los recortes y la competencia exterior.
China, en el punto de mira
El anuncio llega justo cuando China ha empezado a reducir las importaciones de cine estadounidense, lo que complica aún más la relación entre las dos mayores potencias del sector. Recordemos que el país asiático es el segundo mercado más importante para Hollywood.
Por ahora, Trump no ha explicado cómo se aplicará el nuevo arancel, pero lo que está claro es que la decisión ya ha sacudido al sector audiovisual y puede tener impacto global.
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