El crecimiento promedio de la economía en los primeros siete años de esta década será el más bajo registrado desde los años sesenta, según la última advertencia que acaba de lanzar el Banco Mundial.
El organismo revisó a la baja a la baja sus expectativas de crecimiento económico global para 2025, situándolas en un 2,3%, lo que supone una reducción de cuatro décimas respecto a su previsión de enero.
Esta revisión refleja el impacto de las crecientes tensiones comerciales y la incertidumbre normativa que afectan a la economía mundial, que se encamina hacia su peor racha de crecimiento desde la crisis de 2008, según advierte el informe “Perspectivas económicas mundiales”.
El informe señala que casi el 70% de las economías del mundo vieron recortadas sus proyecciones, afectando a todos los continentes y grupos de ingresos.
En cuanto a las economías en desarrollo, el Banco Mundial espera que el crecimiento se modere hasta un 3,8% en 2025, cifra que mejora ligeramente a un 3,9% en 2026 y 2027, pero que sigue por debajo del promedio de la década pasada.
Los países con bajos ingresos crecerán alrededor de un 5,3% este año, una caída de 0,4 puntos porcentuales respecto a las previsiones anteriores.
El informe también destaca que la inflación global, estimada en un 2,9% para 2025, se mantiene por encima de niveles prepandemia debido a factores como el aumento de aranceles y la rigidez en los mercados laborales.
Las regiones según el Banco Mundial
Se prevé que Europa y Asia Central desaceleren su crecimiento al 2,4% en 2025, con una ligera recuperación posterior.
Asia Oriental y el Pacífico pasarán de un 4,5% a un 4,0%. América Latina y el Caribe mantendrán un crecimiento estable del 2,3%.
En Oriente Medio y Norte de África se espera una mejora hasta el 2,7%, mientras que Asia Meridional y África Subsahariana crecerán alrededor del 5,8% y 3,7%, respectivamente.
Indermit Gill, economista jefe del Banco Mundial, advierte que “aparte de Asia, el mundo en desarrollo se está convirtiendo en una zona libre de desarrollo”, reflejando una tendencia de desaceleración de décadas que impacta también en el comercio, la inversión y la deuda global.
Para revertir esta tendencia, el Banco Mundial recomienda mejorar el clima de negocios y fortalecer los mercados laborales, facilitando la conexión entre trabajadores y empresas y desarrollando las habilidades necesarias para impulsar el empleo productivo.
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