Los accionistas del BBVA han dado un sí rotundo al banco para que realice la ampliación de capital para que ejecute una ampliación de capital de hasta el 19% con el que sufragar la opa sobre el Banco Sabadell. Con un quórum por encima del 70%, el 96% del capital ha apoyado la transacción, por lo que la adquisición del banco catalán pasa con nota el primer test del mercado. Ahora deberá obtener las autorizaciones necesarias —del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)— y una aceptación de al menos el 50,01% del capital del Sabadell.
El contundente apoyo de los 726.000 accionistas del BBVA es relevante no solo porque la entidad consigue salvar la primera de las condiciones a las que está sujeta la opa, sino porque puede ser un indicador adelantado de su éxito. El BBVA y el Sabadell comparten muchos accionistas, que ya se acaban de pronunciar sobre la oferta. Por ejemplo, el gigante de los fondos de inversión BlackRock es el primer accionista de las dos entidades, con un 5,9% del BBVA y un 6,7% del Sabadell. Otros grandes fondos como Vanguard, Capital Group o Norges también están presentes en ambos bancos.
El día D
BBVA celebraró una junta extraordinaria de accionistas con un único objetivo crucial: obtener el permiso para ampliar su capital en hasta un 20% y ejecutar un canje accionarial con los dueños de Sabadell. Este movimiento estratégico, que implica ofrecer un título de BBVA por cada 4,83 acciones de Sabadell, marcaría uno de los mayores hitos recientes del grupo financiero.
La junta tiene dos puntos esenciales en el orden del día. El primero es solicitar a los accionistas la autorización para ampliar el capital necesario para el canje propuesto. El segundo, pedir permiso para que el consejo de administración pueda ejecutar esta ampliación cuando sea necesario.
Claves de la Junta
Esta junta es la primera de tres aprobaciones clave que BBVA necesita antes de iniciar la compra. Además del visto bueno de los accionistas, el banco requiere la autorización del Banco Central Europeo (BCE) y la aprobación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para el folleto de la oferta pública de adquisición (opa). La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también analizará la transacción desde una perspectiva de competencia, aunque su permiso no es imprescindible para comenzar la opa y el periodo de adhesión.
La ventana de aceptación de la oferta para los accionistas de Sabadell podría retrasarse hasta finales de este año o principios de 2025, debido a los tiempos que requieren las autorizaciones regulatorias. No obstante, la junta de mañana es crucial tanto para el lanzamiento del proceso como para consolidar el apoyo a este significativo movimiento estratégico del grupo, a pesar del rechazo manifestado por Sabadell y el Gobierno.
El presidente de BBVA, Carlos Torres, y el consejero delegado, Onur Genç, quienes someterán sus puestos a renovación el próximo año, también están en el centro de esta importante decisión.
Quorum necesario
En principio, no parece haber riesgo de que la aprobación de la opa fracase por falta de quorum. La operación solo se frustraría si no se reuniera al menos el 25% del capital de BBVA entre inversores presentes y representados. Si el quorum se sitúa entre el 25% y el 50%, se necesita el apoyo de dos tercios del accionariado, mientras que porcentajes superiores requieren una mayoría simple.
La dirección de BBVA ha desplegado una intensa campaña para movilizar a los accionistas. Han sostenido reuniones con inversores y analistas para explicar la lógica de la transacción y proporcionar detalles financieros, al tiempo que han incentivado a los pequeños inversores a delegar su voto a través de la red de oficinas. Se espera una participación superior a la de otras juntas, donde la concurrencia ha superado tradicionalmente el 60% (65,3% en 2022, 65,2% en 2023 y un récord del 71% en la última junta de marzo pasado).
El consejo de administración de Sabadell ha rechazado la oferta de BBVA, argumentando que infravalora su proyecto y su capacidad de retribución al inversor. Ambos bancos comparten aproximadamente 70 grandes inversores institucionales que deberán votar mañana y decidir posteriormente si venden o no sus acciones.
Durante los próximos dos trimestres, ambos bancos, especialmente Sabadell, intentarán demostrar su capacidad para mejorar sus resultados financieros y operativos, como garantía para una futura remuneración al inversor.
BBVA ha asegurado que no mejorará su oferta original, que incluía una prima del 30%. Sin embargo, la mayoría de los expertos y bancos de inversión opinan que BBVA podría aumentar la atractividad de su oferta en el último momento con un pago en efectivo, sin necesidad de una nueva aprobación en otra junta.
© Reproducción reservada