El Eurogrupo ha dado un paso decisivo hacia la creación de su propio sistema de pago digital, el euro digital, con el objetivo de reducir la dependencia de operadores internacionales como Visa y Mastercard.
Los ministros de Economía de la zona euro han coincidido en la necesidad de imprimir mayor velocidad al proyecto, aunque mantendrán abiertas las consultas en el marco del Consejo y con el Banco Central Europeo (BCE).
El comisario europeo de Economía, Valdis Dombrovskis, subrayó que el acuerdo alcanzado “garantiza un papel adecuado tanto para el Consejo como para el BCE” y constituye “un nuevo impulso para alcanzar una posición común en el seno del Consejo antes de que acabe el año”.
En la misma línea, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, insistió en la urgencia de avanzar en este terreno: “Necesitamos avanzar con nuestro propio sistema de pago digital para reducir la dependencia de otros proveedores”, afirmó, destacando que existe un sentido de “urgencia” renovado entre los Estados miembros para cerrar el debate a finales de año.
La hora del euro digital
Por su parte, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, fue más allá y defendió que el euro digital “no es sólo un medio de pago, sino también una declaración política sobre la soberanía de Europa y su capacidad para gestionar los pagos, incluso transfronterizos, con una infraestructura y una solución europeas”.
Lagarde explicó que lo debatido constituye “el punto de partida” de un trabajo que deberá continuar tanto en el Parlamento Europeo, donde aseguró estar “ansiosa” por avanzar, como en el Consejo y a nivel técnico.
Finalmente, el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, celebró el consenso alcanzado: “Tras mucho trabajo, hemos alcanzado un amplio consenso sobre el equilibrio en estas importantes cuestiones, que respeta plenamente el mandato y las prerrogativas de cada institución implicada en el euro digital. Esto pone de manifiesto nuestra determinación de sacar adelante este importante proyecto”.
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