El sector de las bebidas espirituosas se consolida como un “pilar estratégico” de la economía española, aportando 7.200 millones de euros al PIB y generando más de 390.000 empleos directos, indirectos e inducidos, según el último informe del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.
La industria cuenta con más de 3.800 centros de producción, principalmente pymes familiares ubicadas en zonas rurales, contribuyendo a fijar población, preservar tradiciones culturales y dinamizar la hostelería y el turismo. Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente ejecutivo del Instituto, destacó que “su capacidad para generar riqueza, reforzar la marca España en el exterior y liderar en prevención y sostenibilidad lo convierten en un actor estratégico para el futuro del país”.
Impacto en hostelería y fiscalidad
El informe señala que seis de cada diez consumiciones de bebidas espirituosas se realizan en establecimientos de hostelería, aportando hasta el 30,5% de los ingresos de los locales de ocio. La hostelería española cuenta con 311.000 establecimientos que emplean a 1,4 millones de personas y generan un volumen de ventas de 87.816 millones de euros, equivalente al 4,4% del PIB.
En términos fiscales, el sector recaudó 1.545 millones de euros en 2024, lo que representa el 73% del impuesto especial sobre el alcohol. Sánchez Lambás subrayó que el sector combina tradición e innovación, con un fuerte compromiso con la sostenibilidad, la economía circular y la calidad.
Producción y exportaciones
España es líder europeo en la producción de brandy y ocupa posiciones destacadas en ron, ginebra y whisky. En 2024, el 43% de la producción nacional se destinó a la exportación, con más de 195 millones de botellas vendidas en el extranjero, un 4,7% más que el año anterior.
Consumo responsable y educación
El informe destaca la evolución hacia un consumo responsable y moderado, con ocho de cada diez consumiciones en horarios diurnos y el 94% de los consumidores bebiendo de manera moderada. El sector ha invertido desde 1999 más de 30 millones de euros en campañas de prevención y educación, como ‘Menores ni una gota’ y ‘Los Noc-Turnos’, dirigidas a colectivos de riesgo.
En un contexto marcado por la inflación, cambios en los hábitos de consumo y nuevas regulaciones, el Instituto enfatiza la importancia de la colaboración público-privada para proteger a los menores sin comprometer el empleo, la hostelería o la innovación.
“Apostar por el sector de bebidas espirituosas es apostar por un modelo que combina desarrollo económico, protección cultural, responsabilidad social y sostenibilidad, reforzando la marca España y fijando población en la España vacía”, concluyó Sánchez Lambás.
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