El sector servicios, pilar fundamental de la economía española, volvió a mostrar fortaleza en el mes de julio. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la producción del sector se incrementó un 3,2% interanual, lo que supone trece meses consecutivos de crecimiento.
Pese al avance, la cifra representa una desaceleración respecto a junio, cuando el crecimiento fue casi dos puntos superior. Este ajuste refleja la normalización de la actividad tras un periodo de fuerte dinamismo, especialmente vinculado a la temporada turística y a la recuperación de la demanda interna.
El sector servicios representa más del 70% del PIB español y concentra la mayor parte del empleo, lo que convierte a su evolución en un indicador clave de la salud económica del país. Dentro de este ámbito destacan la hostelería, el comercio, el transporte y las actividades profesionales, que han mantenido un pulso sólido en un entorno todavía marcado por la volatilidad internacional.
Los expertos señalan que la prolongada racha de trece meses de crecimiento confirma la resiliencia del sector, aunque advierten de la importancia de no depender únicamente de la estacionalidad. Factores como la digitalización, la innovación en servicios financieros y la consolidación del turismo de calidad serán determinantes para sostener la tendencia en los próximos meses.
Al mismo tiempo, la ralentización observada en julio coincide con un escenario europeo de crecimiento moderado, en el que la inflación y las decisiones de política monetaria continúan influyendo en el consumo.
En cualquier caso, los datos refuerzan la idea de que el sector servicios sigue siendo el motor del crecimiento en España, aportando estabilidad y capacidad de adaptación en un ciclo económico en transformación.
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