Las empresas en España están cambiando la siesta por el sueño americano.
En los últimos años, el número de compañías nacionales que desembarcan dentro de Estados Unidos crece rápidamente, lo que le convierte en un destino estratégico en el que vuelcan importantes esfuerzos humanos, organizativos y financieros. Así lo demuestran los datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, donde se percibe cómo el mercado estadounidense se convirtió en el principal destino de la inversión nacional y, al cierre de 2022 (últimas cifras disponibles), registró un stock bruto no ETVE de 81.945,58 millones de euros.
La buena relación entre ambos países también se refleja en otras estadísticas. Por ejemplo, en materia de comercio bilateral de bienes, Estados Unidos fue el sexto cliente para la exportación española en 2023, con unas operaciones por valor de 18.904 millones de euros, solamente por detrás de Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido. Mientras que, como proveedor mundial, Estados Unidos ocupó el quinto lugar, con 28.267 millones de euros, tras Alemania, China, Francia e Italia. Sin olvidar que la balanza de servicios es favorable a España, superando cifras históricas de 2023: Estados Unidos es el cuarto cliente mundial (8,4% del total) y el cuarto proveedor (8,4% del total).
Punto de desembarco
Las empresas españolas suelen llegar a Estados Unidos a través de tres estados: Nueva York, Florida y California. En Nueva York operan alrededor del 54% de las empresas, en Florida el 50% y en California el 43%. Siguen en importancia los estados de Texas, Illinois y New Jersey, en los que tienen negocio un 25%, 22% y 20%, respectivamente. En gran medida, las empresas están presentes en tres áreas geográficas con muy alto nivel de renta.
En declaraciones a Business People, la Subdirección General de América de la Secretaría de Estado de Comercio del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa destaca que la presencia de empresas españolas es “muy relevante en el ámbito financiero, de la energía, la construcción y la ingeniería. Así, por ejemplo, en el sector de infraestructuras, las empresas nacionales estarían participando en grandes proyectos públicos y privados, habiendo conseguido contratos de obras y servicios en EE.UU. por un valor superior a los 34.000 millones de euros”.
La entidad gubernamental precisa que, en esta área, las empresas españolas destacan por “su especialización y ventaja tecnológica derivada de la innovación de productos y procesos con una amplia trayectoria internacional” y ponen como ejemplo de casos de éxito a firmas como CAF, Cosentino, GMV, y ADEX, entre otras.
“Muchas de las empresas con presencia en EE.U.U mantienen relaciones comerciales sólidas y han apostado por las vías más estables de internacionalización, tales como el desarrollo de cadenas propias de distribución y almacenaje, la adquisición o colaboración con compañías locales, o la inversión directa dirigida a la producción local, compatible con las políticas Buy American, que tratan de fomentar la provisión nacional”, matizan.
La Subdirección General de América también recuerda que “su presencia no se limita a sectores donde la marca España es incuestionable (por ejemplo, vino, aceite y otros productos agroalimentarios), sino que recorre todo el espectro de sectores productivos relacionados con la construcción, la ingeniería, la tecnología industrial, o los servicios más sofisticados como las finanzas o los seguros”.
¿Por qué Estados Unidos?
El incremento del número de empresas made in Spain en Estados Unidos responde, según la Subdirección del Ministerio de Economía, a las “fortalezas” de las firmas nacionales que son valoradas por el mercado norteamericano. En concreto, pone de relieve “la calidad de sus productos y servicios, la imagen y el prestigio de marca y la competitividad de sus precios”.
La entidad gubernamental asegura que “la marca España es altamente valorada en este mercado” por dos grandes motivos: el primero, “la procedencia española en el sector de alimentación y bebidas está muy bien posicionada y ha cosechado un notable éxito”; la segunda, el país “es reconocido por sus soluciones innovadoras en transporte de alta velocidad, energías renovables y en el ámbito financiero y de seguros, entre otras”.
Un listado al que añade el efecto del plan de trabajo puesto en marcha desde la Secretaría de Estado de Comercio en 2009. En concreto, se trata del Plan de Apoyo a la Imagen de las Empresas Españolas en EE.UU. (Plan USA) “para potenciar al máximo la imagen económica y empresarial de España en este país mediante el apoyo institucional y promocional a las empresas y a los sectores que más protagonismo tuvieron en los planes de recuperación lanzados por la administración de Barack Obama”.
La Subdirección del Ministerio de Economía también atribuye el crecimiento del número de empresas españolas que llegan a Estados Unidos a la política económica del gobierno de Joe Biden.
“La inversión directa es probablemente la forma más eficaz de abordar el mercado estadounidense en el largo plazo, vocación característica de las empresas españolas, sobre todo si se tiene en cuenta la apuesta decidida del país en el fomento de la inversión en infraestructuras de transporte y comunicación, así como el énfasis de las últimas administraciones en la promoción de la producción y el empleo local, no solo por razones económicas, sino también de seguridad nacional o sostenibilidad medioambiental”, explica.
Radiografía del fenómeno
Si bien el volumen de empresas de España ha venido creciendo, poco se conoce sobre las características de las firmas que ‘saltan el charco’. Sin embargo, los datos del Ministerio permiten sacar a la luz que aproximadamente un 40% de las empresas españolas operan en el sector de alimentación, bebidas y otros bienes de consumo en Estados Unidos, mientras que un 35% desarrollan su negocio en sectores industriales, principalmente en ingeniería, infraestructuras y construcción, y tecnología. Por su parte, un 25% de las empresas operan en el sector del comercio y otros servicios, destacando las de retail/distribución.
En cuanto al tamaño de las empresas, en el sector de alimentación, bebidas y otros bienes de consumo predominan las pymes –más de las tres cuartas partes de las empresas que operan en dicho sector tienen menos de 200 empleados–, mientras que en los sectores industriales un 38% de las empresas tienen más de 500 empleados y, si se consideran las de más de 200 trabajadores, el porcentaje llega a casi la mitad de las empresas, un 46%.
Las empresas de España que operan en el mercado estadounidense pueden hacerlo a través de distintos canales: importaciones, exportaciones, implantación comercial, implantación industrial, o tomando EE.UU. como base de operaciones para comerciar con Canadá, México y/o resto de América. Dado que los distintos canales no son mutuamente excluyentes, una misma empresa puede ser importadora y exportadora.
La exportación es la principal vía de penetración de la empresa española en el mercado estadounidense, con casi un 70% del total. También destaca la implantación comercial, que es usada como forma de presencia en EE.UU. por un 43% de las empresas. El resto de canales (importaciones, implantación industrial o base de operaciones para operar con el resto del continente) son elegidos por un porcentaje muy inferior de empresas, en torno al 17%.
En el sector de comercio y otros servicios, la distribución por tamaño muestra el siguiente patrón: un 38% tienen menos de 50 empleados, un 35% tienen entre 50 y 200, y un 26% tienen más de 200 empleados.
“Desde hace varios años venimos trabajando, a nivel institucional y empresarial, en áreas de interés mutuo como la economía digital, en el ámbito de los semiconductores, la inteligencia artificial y la ciberseguridad; así como la sostenibilidad ambiental, la transición energética y la innovación tecnológica. En todos ellos, las empresas españolas tienen mucho que ofrecer, y queremos extender también la colaboración en sectores como la biotecnología o el aeroespacial”, adelanta la Subdirección.
Un bocado de éxito
Jordi Pascual, cofundador y CEO de UDON Asian Food, explica a Business People que decidió expandir la cadena a Estados Unidos por varias razones estratégicas, como que se trata de “uno de los mercados más grandes y dinámicos del mundo, con una economía robusta y una población diversa que aprecia la diversidad culinaria” y por “ser una oportunidad para establecerse en un mercado con alto potencial de crecimiento, diversificar sus ingresos y mitigar riesgos asociados a la dependencia exclusiva del mercado español”.
Actualmente, el grupo se encuentra en una primera fase en la que buscarán “probar el concepto y tunearlo para su adaptación al mercado americano”. Con las aperturas de Dadeland Mall y Aventura Mall como su principal apuesta en Miami, Jordi Pascual adelanta que dicha operación buscará incrementar la visibilidad de la marca, así como captar un nuevo público, validar el modelo de negocio y generar más ingresos.
En este sentido, reconoce que “Wynwood es un barrio aún en construcción y la facturación del local aún está por debajo del objetivo a medio plazo. Por otro lado, los nuevos restaurantes en Aventura Mall y Dadeland Mall en centros comerciales de referencia apuntan a una facturación muy por encima de la media de los restaurantes que tenemos actualmente en España”
“Dependiendo del éxito de estas aperturas, podría considerar nuevas aperturas tanto dentro como fuera de Miami. La expansión podría enfocarse en otras ciudades importantes de Estados Unidos que tengan características demográficas y económicas favorables para el negocio”, adelanta el CEO de la firma. Y añade que “la presencia en Miami ha generado mucho interés en los países latinoamericanos y prevemos nuevas aperturas con socios locales en México y Ecuador antes de fin de año”.
El efecto Ferrovial
Para Pascual, la salida a bolsa de Ferrovial en Estados Unidos puede generar un ‘efecto llamada’ para otras empresas españolas. “Estas operaciones demuestran que el mercado estadounidense está abierto a inversiones extranjeras y que las empresas de España pueden tener éxito allí. Además, una salida a bolsa en Estados Unidos puede proporcionar acceso a una base más amplia de inversores, mayores oportunidades de financiamiento y una visibilidad global”, matiza.
Y añade: “Este éxito puede inspirar a otras empresas españolas a considerar la expansión internacional y a explorar oportunidades en el mercado estadounidense, fomentando un ambiente de crecimiento y competitividad a nivel global”.
Para el economista Daniel Lacalle, la decisión de Ferrovial de cotizar en Nasdaq “tiene mucho sentido estratégico y refleja también la realidad de la empresa, que ya genera más beneficios en Estados Unidos que en otros países”. En este sentido, confía en que “acercará al inversor norteamericano a la empresa y dará un impulso importante a la financiación de su crecimiento”.
Lacalle también tilda de “completamente legítimo” la decisión de ACS de rechazar seguir los pasos de la empresa de Rafael del Pino. “Lo que pasa es que el sistema de cotizar con ADRs ha demostrado ser una mala solución para empresas con fuerte crecimiento y proyección en Estados Unidos”. Eso sí, el economista cree que “otras empresas deberían seguir el camino que Ferrovial si su futuro está orientado a los Estados Unidos”.
La Subdirección del Ministerio de Economía, por su parte, rechaza que la salida a bolsa de Ferrovial pueda llevar a otras empresas a cotizar en Estados Unidos, ya que “dependerá de la estrategia de cada empresa, de su presencia y actividad en Estados Unidos y de la importancia relativa de dicha actividad en el país con respecto a la actividad global”.
“Adicionalmente, debería cumplir los requisitos para poder salir a Bolsa en Estados Unidos, algo que no siempre compensa si la actividad en el mercado norteamericano no es suficientemente importante dentro de la actividad global. Son decisiones estratégicas de cada empresa que poco tienen que ver con que otras empresas coticen ya en el mercado estadounidense”, sentencia la entidad gubernamental.
La Champions empresarial
Alejandro Romero, CEO global de LLYC, recuerda que dar el salto a Estados Unidos no es un proceso sencillo. “No todas las empresas pueden estar preparadas para competir en este mercado y no recomendaría a nadie que su primera experiencia internacional sea en un mercado como el de Estados Unidos”.
A su entender, se necesita “un tránsito y un proceso de aprendizaje” para llegar a ‘jugar’ a nivel profesional. “Si fuera una liga profesional deportiva, uno estaría en tercera división y, si lo haces bien, asciendes a la segunda división y, si lo vuelves a hacer bien, pasarías a la primera división, ¿no? Pues si ya lo haces muy bien, estarías preparado para jugar la Champions”.
En el caso de LLYC, el crecimiento vino primero del mercado español y, posteriormente, de su experiencia en América Latina y Portugal. Ahora, está en las ‘grandes ligas’ al posicionarse entre las 25 principales empresas de relaciones públicas de Estados Unidos y entre las 35 mayores del sector a nivel global. Un importante posicionamiento que logró gracias a tres grandes adquisiciones en el mercado estadounidense: EDF Communications (2015), BAM (2023) y el 70% de Lambert en febrero de 2024.
Romero reconoce a Business People que espera que la adquisición genere unos ingresos de 35,1 millones de dólares (32,5 millones de euros), un EBITDA de 9,7 millones de dólares (9 millones de euros) y una mayor presencia en Estados Unidos para LLYC USA. No en vano, la adquisición de Lambert forma parte del plan de LLYC para duplicar su tamaño en los próximos tres años, al mismo tiempo que adelanta que “nuestros siguientes pasos están en línea con nuestro plan estratégico, con una visión potente tanto en Reino Unido como en Canadá. Además, queremos tener una operación fuerte en Bruselas”.
El CEO global de LLYC recuerda que Estados Unidos capta el interés empresarial por, entre otros motivos, implementar “políticas similares a las que tiene Madrid, que son efectivamente rebajar impuestos o tener menos presión de taxes”. Sin embargo, recuerda que solo las medidas fiscales no son suficientes, y que deben estar acompañadas de “un ambiente de negocios fructíferos y una capacidad de consumo grande”. Y matiza: “Eso es lo que te ofrece Estados Unidos. Ahora bien, que nadie piense que es fácil, ya que es un mercado tremendamente complicado y superar las barreras de competencia es tremendamente difícil”.
Sin embargo, las diferencias en materia fiscal sí son un aspecto a destacar por parte del cofundador y CEO de UDON Asian Food. “En Estados Unidos, la presión fiscal varía considerablemente según el estado y la localidad, y algunos estados ofrecen incentivos fiscales atractivos para las empresas. Por ejemplo, estados como Florida tienen políticas fiscales favorables que pueden reducir los costos operativos. En el estado de Florida el impuesto de sociedades es del 5,5% comparado con el 25% que se paga en España”, explica.
Pascual pone la lupa en que “además tiene ventajas fiscales importantes en relación con el IRPF, lo que hace que gran parte del talento del país se esté mudando a este estado. En contraste, España tiene una estructura fiscal diferente, con tasas de impuestos corporativos y regulaciones laborales que pueden ser más gravosas. Estas diferencias fiscales influyen en la rentabilidad de los restaurantes y en parte en la estrategia de expansión de UDON en ambos mercados”.
Los principales retos
La Subsecretaría del Ministerio de Economía recuerda que las empresas de España dentro del mercado estadounidense deben hacer frente al “proteccionismo y las medidas de incentivo de lo local. La apuesta decidida del país en el fomento de la inversión en infraestructuras de transporte y comunicación, así como el énfasis de las últimas administraciones en la promoción de la producción y el empleo local, no solo por razones económicas, sino también de seguridad nacional o sostenibilidad medioambiental, son el reto principal”. De ahí que recomienda que “la mejor manera que están encontrando las empresas para afrontar estos retos es a través de la inversión directa”.
Romero también pone sobre la mesa que es un “mercado tremendamente anglosajón, muy diferente a los mercados latinos. Por lo tanto, uno tiene que ser capaz de generar ese matching cultural, adaptarse y entender también la legislación americana. Es un mercado que va absolutamente, como yo digo, vía demandas”. Un escenario que obligar a las firmas a tener “una estructura y una estrategia legal potente, entendiendo cuáles son todas estas barreras legislativas”. El CEO global de LLYC también destaca que se debe tener “una gran capacidad de capital de trabajo. Es decir, si uno va a EEUU, tiene que pensar en grande”.
¿Qué podemos importar a España?
Con las empresas españolas apostando con fuerza por el mercado estadounidense, una de las preguntas evidentes es qué podríamos aprender de Estados Unidos para implementarlo en nuestra economía nacional.
Para Romero, el principal punto es cultural. “En Estados Unidos, la figura del empresario que genera riqueza y puede llegar a convertirse en multimillonario tiene una cultura del éxito establecida, mientras que en los países latinos ser empresario está mal visto. Y eso es lo que importaría para revalorizar la figura del empresario en la generación de valor”.
Por su parte, el CEO de UDON Asian Food recuerda que el mercado americano y en especial en el sector de la restauración es un mercado muy competitivo. De ahí que “la calidad operacional y la gestión de costes son dos aspectos en los que las principales cadenas del sector son especialmente destacables. Al tener mucha experiencia en el mercado español, lo que inicialmente estamos buscando es cómo adaptar nuestro concepto y modelo al mercado americano”.
Y añade: “Seguro que con nuestro aprendizaje, en el futuro podremos empezar a importar estándares e ideas que han hecho que la restauración organizada americana sea líder en algunos de los segmentos de la restauración”.
El economista Daniel Lacalle destaca la necesidad de traer a España una mayor “libertad económica, seguridad jurídica e inversora, así como una fiscalidad atractiva, regulación sencilla y orientada al crecimiento, así como la rapidez en los procedimientos legales, entre otros”. “Tenemos mucho que aprender de EE.UU.”, sentencia. Un mercado que cada vez está más cerca, ya que las grandes empresas españolas están despertando de la siesta para comenzar a vislumbrar el sueño americano.
© Reproducción reservada