Cepsa ha recibido el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para la compra de la red de gasolineras de bajo coste Ballenoil. La aprobación está condicionada a la venta de cuatro estaciones de servicio en las provincias de Cádiz y Málaga, según han confirmado fuentes conocedoras del caso. Esta desinversión es relativamente pequeña considerando que Ballenoil cuenta con más de 230 puntos de repostaje distribuidos por el centro, el Levante y, sobre todo, el sur de España.
Las claves de la nueva anexión
La adquisición de Ballenoil, anunciada en noviembre del año pasado, representa un movimiento estratégico para Cepsa, la segunda petrolera más grande de España. Con esta compra, Cepsa busca ingresar al segmento de bajo coste y acelerar la apertura de estaciones de servicio de la marca de la ballena, que son completamente automatizadas, con el objetivo de alcanzar medio millar de gasolineras para 2027. La empresa también planea incorporar puntos de carga para coches eléctricos y biocombustibles a su oferta, aunque actualmente carecen de estos servicios.
La estrategia de Cepsa implica que sus estaciones de servicio, bajo su propia enseña, ofrecerán cada vez más cargadores ultrarrápidos para satisfacer la creciente demanda de vehículos eléctricos. Además, ofrecerán diésel renovable para transportistas, servicios de restauración y otros servicios adicionales, como la recogida de paquetes.
Valoraciones al respecto
«Es un movimiento para responder a la nueva tendencia del mercado», explicaron desde la petrolera, propiedad del fondo soberano de Abu Dabi (Mubadala) y del fondo de inversión estadounidense Carlyle. «Lo que vamos a hacer es hacerla crecer y desarrollarla, para hacerla la más sostenible del sector, con más puntos de recarga eléctrica e introducción de biocombustibles», añadieron.
Con la integración de los puntos de suministro de Ballenoil, Cepsa sumará alrededor de 2.000 estaciones de servicio en la península Ibérica, acercándose a las más de 3.000 de Repsol, su competidora más directa.
¿Y ahora qué?
Hasta ahora, las grandes petroleras han diferenciado claramente su oferta de las enseñas de bajo coste, a las que proveen de carburante. También han competido en precio: en los últimos meses, en plena crisis energética, han podido plantar cara gracias a descuentos y promociones vinculadas a tarjetas de fidelidad como Waylet, Gow, Mi BP o MundoGalp. Fuera de España, otras grandes del sector, como Shell, han desarrollado una red propia de establecimientos de bajo coste bajo la enseña Shell Express.
La aprobación de la CNMC marca un paso significativo en la expansión de Cepsa en el mercado de bajo coste, alineándose con las tendencias actuales y preparando el camino para un futuro más sostenible y diversificado en la oferta de servicios de repostaje y carga.
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