El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha dejado claro en una entrevista exclusiva con Expansión que el consejo de administración solo valoraría la opa de BBVA si se ofreciera una prima de control de al menos el 30%, en línea con lo que suele ocurrir en las operaciones hostiles que tienen éxito.
Oliu, que lleva 25 años al frente de la entidad y posee ocho millones de acciones, considera que la oferta actual de BBVA —con una prima negativa del 9,8%— no resultará atractiva ni para institucionales ni para minoristas:
“A este precio no va [a la opa] ni el apuntador”, ha afirmado, recordando que quien acepte el canje perdería el dividendo extraordinario de 0,50 euros prometido tras la venta de TSB a Santander.
El presidente de Sabadell defendió que la entidad es hoy más sólida y rentable que en el acercamiento amistoso de 2024, con beneficios anuales de 1.800-1.900 millones, y que el reparto de dividendos es ahora más atractivo para los accionistas.
Respecto a una eventual fusión futura, Oliu cree que Sabadell debería aspirar a un 20% de peso en el banco resultante. También admitió que, si la opa tuviera éxito, se produciría una “coexistencia pacífica” con BBVA como principal accionista, pero subrayó que el negocio podría resentirse si la entidad no estuviera bajo control efectivo de los nuevos dueños.
Sobre el futuro de la plataforma tecnológica de TSB, Oliu reconoció que es un activo de gran valor que podría atraer a potenciales compradores como Santander, Virgin Bank o Nationwide, aunque subrayó que el mercado es muy reducido.
La posición de Oliu y del consejo añade presión a BBVA, que mantiene reuniones con accionistas esta semana para impulsar la aceptación de la oferta y podría verse obligado a mejorar las condiciones si quiere asegurar el éxito de la operación.
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