Intel despedirá al 15% de su plantilla y cancela inversiones millonarias en Europa

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La tecnológica Intel ha anunciado una reestructuración drástica que incluye el despido del 15% de su fuerza laboral y la cancelación de inversiones millonarias en Europa previstas para nuevos proyectos de chips de inteligencia artificial (IA).

La decisión, comunicada junto al informe de resultados del segundo trimestre, busca “crear una organización más rápida y ágil”, según la propia compañía. La medida marca una de las primeras acciones de gran impacto bajo el liderazgo de Lip-Bu Tan, quien asumió el cargo de director ejecutivo en marzo de este año.

Intel había proyectado una importante expansión en Europa, donde planeaba destinar miles de millones de dólares al desarrollo de nuevas tecnologías relacionadas con la IA. Sin embargo, estos planes han sido descartados, lo que supone un golpe para las expectativas industriales del continente en el sector de los semiconductores.

La compañía ha señalado que centrará ahora sus esfuerzos en reconquistar el liderazgo en procesadores para ordenadores personales, impulsar el desarrollo de su arquitectura 14A para grandes clientes y reforzar su posición en el mercado de chips para inteligencia artificial.

Según datos reportados a finales de 2024, Intel contaba con 108.900 empleados a nivel global, incluidos los de sus filiales como Mobileye. Con la nueva estrategia, espera cerrar 2025 con unos 75.000 empleados en su división principal, resultado de despidos y salidas voluntarias.

El anuncio ha tenido un efecto inmediato en los mercados: mientras que las acciones de Intel subieron un 3% en operaciones posteriores al cierre del jueves, el viernes caían un 8,7% a media jornada, reflejando la incertidumbre generada entre los inversores.

Intel se une así a otras grandes tecnológicas que han llevado a cabo recortes de plantilla en 2025: Microsoft despidió a unos 9.000 empleados a inicios de julio, y Meta redujo su plantilla en aproximadamente un 5%.

Tras años de tropiezos por no anticiparse a las transformaciones clave en el mercado —como la irrupción de los dispositivos móviles y la inteligencia artificial—, Intel se enfrenta ahora al reto de redefinir su futuro estratégico en un entorno cada vez más competitivo.

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